Previous Page  31 / 52 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 31 / 52 Next Page
Page Background

LIBROS & ARTES

Página 29

esde los estudios de

Antonio Cornejo

Polar y Angel Rama en

adelante, la escritura de

Arguedas cobra cada vez

más importancia hasta el

punto que el número es-

pecial de

Libros y Artes

dedicado al Premio Nobel

de Mario Vargas Llosa

concluye con una rotun-

da afirmación de su obra.

El artículo de Marcel Ve-

lázquez Castro sobre “Las

fracturas de la novela mo-

derna en el Perú” traza las

influencias contrarias de

Arguedas y Vargas Llosa

en los escritores de las

nuevas generaciones. Ar-

guedas, actualmente “juz-

gado el novelista más sig-

nificativo del siglo XX pe-

ruano”, es un “héroe cul-

tural, significante nómada,

huaca moderna.” Consta-

ta el autor que “sus nove-

las son fascinantes máqui-

nas de semiosis que no

pierden la capacidad de

fluir, interpelar nuestro

presente y simbolizar el

futuro”. Concluye que “la

obra de Arguedas... defi-

ne un modelo de novela

transcultural que todavía

sigue ofreciendo frutos en

los nuevos escenarios an-

dinos o en la Lima andini-

zada que habitamos y nos

habita”. Aunque el autor

elogia los logros artísticos

de las novelas de Vargas

Llosa, llega a la conclusión

de que “sus ideas sobre la

civilización y su defensa

de una cultura humanísti-

ca lo filian con el siglo de

las fundaciones de los pro-

yectos republicanos lati-

noamericanos”. Mientras

Vargas Llosa es “nuestro

último letrado decimonó-

nico”, Arguedas “es un

precursor del escritor pos-

colonial, escindido entre

varias culturas, escribien-

do contra una lengua que

no le pertenece, dividido

entre la invención y la

memoria”.

Es a la luz de esta revi-

sión de valores que quie-

ro volver a considerar el

libro que Vargas Llosa de-

dicó a Arguedas. Publica-

do en México en 1996,

La

utopía arcaica

es un estu-

dio exhaustivo en el cual

el autor asume el tono de

un profesor justo y severo

que solo quiere corregir las

malas costumbres de su

compatriota. Escribir un

libro entero sobre Argue-

das era un aparente acto

de generosidad post-mor-

tem. En realidad, era una

destrucción disfrazada de

deconstrucción. Dedicaba

el libro a la memoria de

Raúl Porras Barrenechea,

“en cuya biblioteca de la

calle Colina aprendí la his-

toria del Perú.” Es una de-

dicatoria que cuidadosa-

mente celebra al profesor

(aunque algunas de sus

ideas, como sugiere más

adelante, han sido supera-

das) cuya erudición ofre-

ce un contraste con la pa-

sión desenfrenada y “equi-

vocada” de Arguedas. Es-

ta dedicatoria me hace

preguntar por qué, veinte

años después de la muerte

de Arguedas, sentía Var-

gas Llosa la necesidad de

dedicar más de 300 pági-

nas a un escritor “que no

era tan importante” como

Flaubert o Faulkner, con-

fesando a la vez que lo que

le interesa no son solo los

libros sino “su caso, privi-

legiado y patético.” Este

“caso” se debe a su fideli-

dad a un concepto de la

literatura “que para bien o

para mal, ha pasado a ser

obsoleta en buena parte

del mundo”, y a una polí-

tica cuyo utopismo le pa-

rece netamente ridículo.

Desde el principio del

libro, donde se cuenta el

suicidio y se comenta las

La ferocidad de los ataques que las estrellas del

boom

, entre ellos Guillermo Cabrera Infante,

Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa, lanzaron contra José María Arguedas resulta sorprendente. Uno se

pregunta por qué la necesidad urgente de expulsarle del Parnaso. Le acusaban de provinciano y representante de

una retaguardia ya superada. Cabrera Infante celebraba el suicidio con un chiste de extraordinario mal gusto. Más

decoroso, Mario Vargas Llosa le dedicó un libro cuyo título,

La utopía arcaica. José María Arguedas y las

ficciones del indigenismo

(1996), anuncia el entierro de un pasado mejor olvidado. Sin embargo,

los esfuerzos por descalificar su escritura no han tenido éxito.

LA CRÍTICA LITERARIA

COMOARMA IDEOLÓGICA

Jean Franco

D

“Arguedas es un precursor del escritor poscolonial, escindido entre varias culturas, escribiendo contra una

lengua que no le pertenece, dividido entre la invención y la memoria”.