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Página 22

LIBROS & ARTES

n el caso de las edicio-

nes citadas se recurrió

a Vargas Llosa. Sin embar-

go, después de su muerte,

ocurrida en 1969, abundaron

las ediciones de sus obras y

aumentaron las traduccio-

nes. Sobre todo, se incre-

mentaron los estudios críti-

cos acerca de la obra de Ar-

guedas. Se puede decir que

el interés por ella se acrecen-

tó con los años.

Las preguntas que quisié-

ramos hacernos son: ¿dónde

radica el interés de la obra

de Arguedas?, ¿por qué a Ar-

guedas se lo siente como un

autor tan contemporáneo,

tan vivo? e incluso, ¿dónde

radicaría un cierto carácter

precursor y futurista –en el

sentido estricto del térmi-

no– de la obra de José María

Arguedas? Para responder a

estas preguntas es inevitable

partir de un breve recuerdo

del itinerario biográfico de

Arguedas y del itinerario se-

guido por sus obras.

Recordemos que había

nacido en Andahuaylas en

1911. Se sabe de la estrecha

relación con su padre y de la

temprana desaparición de su

madre. Su padre era un abo-

gado de provincias, obliga-

do a ir de pueblo en pueblo,

de ciudad en ciudad, para

vivir precariamente de los

juicios que conseguía aseso-

rar. Estos recorridos ocasio-

nan que su padre contraiga

un nuevo enlace. Hay una

relación difícil y discutida

entre Arguedas y su madras-

tra. La vida errática lo con-

ducirá luego a seguir estudios

en Ica y Huancayo. Poste-

riormente, al llegar a Lima,

donde toma contacto con las

nuevas inquietudes intelec-

tuales, llega a sus manos

Amauta

, la revista dirigida

por José Carlos Mariátegui.

Más tarde, reconocerá la gran

influencia que tuvo sobre su

pensamiento.

3

En 1931 in-

gresa a la Universidad de

San Marcos y alterna sus es-

tudios con el trabajo. Era un

estudiante provinciano de

escasos recursos que se des-

empeñaba como empleado de

correos. En 1937 cae preso

acusado de comunista, y pasa

varios meses en El Sexto, pri-

sión ubicada en el centro de

Lima. De hecho, ahí convi-

ve con apristas y comunistas.

La experiencia atormen-

tará a Arguedas y tendrán

que transcurrir muchos años

para que pueda transformar-

la en una obra literaria. No

es muy clara la relación en-

tre Arguedas y el comunis-

mo de la época. Algunas ver-

siones dicen que publicó ar-

tículos en

Hoz y martillo

, ór-

gano clandestino de los co-

munistas de los años 30, que

salía a mimeógrafo. Se con-

sidera incluso que uno de los

artículos estaba dedicado a

los mineros de Morococha.

Lo cierto es que esos artícu-

los se han perdido. También

se dice que se produjo una

desavenencia entre él y los

comunistas de entonces, de-

bido a la preocupación que

Arguedas tenía por el mun-

do de la cultura y por el mun-

do de lo mágico. El comu-

nismo de entonces, encerra-

do en normas ortodoxas, era

poco propenso a tolerar es-

tas inquietudes. Es también

cierto que Alberto Tauro,

crítico literario vinculado al

movimiento comunista de la

época, muy joven entonces,

escribe alguna de las prime-

ras reseñas y comentarios

sobre las obras de Arguedas.

4

La primera obra de Ar-

guedas, comentada precisa-

mente por Alberto Tauro, es

una colección de relatos que

se titula

Agua

y se publica en

UNA PRESENCIA PERMANENTE

José María Arguedas y la utopía andina

Alberto Flores Galindo

Con Arguedas ha sucedido algo, quizás frecuente entre muchos escritores: en vida sus obras

fueron leídas, pero no ha sido un escritor muy valorado por la crítica oficial y culta del país. Y, mientras vivió,

tampoco tuvo el reconocimiento que merecía en medios intelectuales del extranjero. Sus obras fueron tardíamente

traducidas a otros idiomas, y también tardíamente editadas en otros países. Incluso, cuando se producía

alguna de estas ediciones, como la de

Los ríos profundos

en Chile;

1

o la edición de esta misma novela en La

Habana por la Casa de las Américas,

2

los editores se sentían obligados a recurrir a algún otro escritor

que presentara a Arguedas ante un público considerado culto.

Hace cien años nació en Andahuaylas el autor de

Los ríos profundos.

1

José María Arguedas:

Los

ríos profundos

. Santiago, Editorial

Universitaria, 1967.

2

José María Arguedas:

Los

ríos profundos

. La Habana, Casa

de las Américas, 1965.

3

“Yo declaro con todo júbilo

que sin Amauta, la revista dirigida

por Mariátegui, no sería nada, que

sin las doctrinas sociales difundidas

después de la Primera Guerra Mun-

dial tampoco habría sido nada”.

Pri-

mer encuentro de narradores pe-

ruanos

, segunda edición. Lima, La-

tinoamericana Editores, 1986, pp.

235-236, citado en “Cronología de

Mildred Merino de Zela”: en

Los

ríos profundos

. Barcelona, Biblio-

teca Ayacucho, 1978, p. 344.

4

Alberto Tauro del Pino:

“José María Arguedas. Escritor in-

digenista”, en

La Prensa

. Lima, 5

de mayo de 1935, p. 16.

5

José María Arguedas:

E