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LIBROS & ARTES
n el caso de las edicio-
nes citadas se recurrió
a Vargas Llosa. Sin embar-
go, después de su muerte,
ocurrida en 1969, abundaron
las ediciones de sus obras y
aumentaron las traduccio-
nes. Sobre todo, se incre-
mentaron los estudios críti-
cos acerca de la obra de Ar-
guedas. Se puede decir que
el interés por ella se acrecen-
tó con los años.
Las preguntas que quisié-
ramos hacernos son: ¿dónde
radica el interés de la obra
de Arguedas?, ¿por qué a Ar-
guedas se lo siente como un
autor tan contemporáneo,
tan vivo? e incluso, ¿dónde
radicaría un cierto carácter
precursor y futurista –en el
sentido estricto del térmi-
no– de la obra de José María
Arguedas? Para responder a
estas preguntas es inevitable
partir de un breve recuerdo
del itinerario biográfico de
Arguedas y del itinerario se-
guido por sus obras.
Recordemos que había
nacido en Andahuaylas en
1911. Se sabe de la estrecha
relación con su padre y de la
temprana desaparición de su
madre. Su padre era un abo-
gado de provincias, obliga-
do a ir de pueblo en pueblo,
de ciudad en ciudad, para
vivir precariamente de los
juicios que conseguía aseso-
rar. Estos recorridos ocasio-
nan que su padre contraiga
un nuevo enlace. Hay una
relación difícil y discutida
entre Arguedas y su madras-
tra. La vida errática lo con-
ducirá luego a seguir estudios
en Ica y Huancayo. Poste-
riormente, al llegar a Lima,
donde toma contacto con las
nuevas inquietudes intelec-
tuales, llega a sus manos
Amauta
, la revista dirigida
por José Carlos Mariátegui.
Más tarde, reconocerá la gran
influencia que tuvo sobre su
pensamiento.
3
En 1931 in-
gresa a la Universidad de
San Marcos y alterna sus es-
tudios con el trabajo. Era un
estudiante provinciano de
escasos recursos que se des-
empeñaba como empleado de
correos. En 1937 cae preso
acusado de comunista, y pasa
varios meses en El Sexto, pri-
sión ubicada en el centro de
Lima. De hecho, ahí convi-
ve con apristas y comunistas.
La experiencia atormen-
tará a Arguedas y tendrán
que transcurrir muchos años
para que pueda transformar-
la en una obra literaria. No
es muy clara la relación en-
tre Arguedas y el comunis-
mo de la época. Algunas ver-
siones dicen que publicó ar-
tículos en
Hoz y martillo
, ór-
gano clandestino de los co-
munistas de los años 30, que
salía a mimeógrafo. Se con-
sidera incluso que uno de los
artículos estaba dedicado a
los mineros de Morococha.
Lo cierto es que esos artícu-
los se han perdido. También
se dice que se produjo una
desavenencia entre él y los
comunistas de entonces, de-
bido a la preocupación que
Arguedas tenía por el mun-
do de la cultura y por el mun-
do de lo mágico. El comu-
nismo de entonces, encerra-
do en normas ortodoxas, era
poco propenso a tolerar es-
tas inquietudes. Es también
cierto que Alberto Tauro,
crítico literario vinculado al
movimiento comunista de la
época, muy joven entonces,
escribe alguna de las prime-
ras reseñas y comentarios
sobre las obras de Arguedas.
4
La primera obra de Ar-
guedas, comentada precisa-
mente por Alberto Tauro, es
una colección de relatos que
se titula
Agua
y se publica en
UNA PRESENCIA PERMANENTE
José María Arguedas y la utopía andina
Alberto Flores Galindo
Con Arguedas ha sucedido algo, quizás frecuente entre muchos escritores: en vida sus obras
fueron leídas, pero no ha sido un escritor muy valorado por la crítica oficial y culta del país. Y, mientras vivió,
tampoco tuvo el reconocimiento que merecía en medios intelectuales del extranjero. Sus obras fueron tardíamente
traducidas a otros idiomas, y también tardíamente editadas en otros países. Incluso, cuando se producía
alguna de estas ediciones, como la de
Los ríos profundos
en Chile;
1
o la edición de esta misma novela en La
Habana por la Casa de las Américas,
2
los editores se sentían obligados a recurrir a algún otro escritor
que presentara a Arguedas ante un público considerado culto.
Hace cien años nació en Andahuaylas el autor de
Los ríos profundos.
1
José María Arguedas:
Los
ríos profundos
. Santiago, Editorial
Universitaria, 1967.
2
José María Arguedas:
Los
ríos profundos
. La Habana, Casa
de las Américas, 1965.
3
“Yo declaro con todo júbilo
que sin Amauta, la revista dirigida
por Mariátegui, no sería nada, que
sin las doctrinas sociales difundidas
después de la Primera Guerra Mun-
dial tampoco habría sido nada”.
Pri-
mer encuentro de narradores pe-
ruanos
, segunda edición. Lima, La-
tinoamericana Editores, 1986, pp.
235-236, citado en “Cronología de
Mildred Merino de Zela”: en
Los
ríos profundos
. Barcelona, Biblio-
teca Ayacucho, 1978, p. 344.
4
Alberto Tauro del Pino:
“José María Arguedas. Escritor in-
digenista”, en
La Prensa
. Lima, 5
de mayo de 1935, p. 16.
5
José María Arguedas:
E