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LIBROS & ARTES

Página 10

naval, promovido por el

Club Vulcano”, reinando

en la fiesta S. M. Vulcano

XXI, dato este que indica-

ría que tal forma de cele-

brarla se remontaba a mu-

chos años atrás. La letra es

de Lorenzo H. Landauro,

y la música de Antonio C.

Jiménez. Hela aquí:

ALABANZAS

Muliza

Quiero saciar mis antojos

alabando tu hermosura;

quiero ver si con ternura

me miran tus lindos ojos.

Eres bella y caprichosa,

como el cielo de la sierra;

eres capullo que encierra

la voluble mariposa.

Eres reina de candor,

tienes por trono los An-

des,

y por divisa los grandes

ideales del amor.

Eres en fin más hermosa

que la ambición del poe-

ta,

cuando siente en su alma

inquieta

una pasión imperiosa.

Estribillo

Sin embargo tu ilusión

que no te envanezca tan-

to,

que será cruel tu quebran-

to,

si desdeñas mi pasión.

El huaynito que sigue,

“Flor de puna”, también

fue premiado con Meda-

lla de plata y Diploma de

Honor “en el concurso de

versos para Carnaval pro-

movido por el Club Vul-

cano”. La letra es de Án-

gel Barreda del Carpio, y

la música de Antonio C.

Jiménez R.

FLOR DE PUNA

En el jardín de la puna

cultivaba una ilusión,

que los hielos de la Luna

marchitaron sin compa-

sión.

¡Qué pena siente el pecho

cuando la suerte impía

invade mi jardín deshe-

cho

con su indolente porfía!

En el carnaval de la vida

placeres hay con razón,

y en mi alma entristecida

penas, martirios, desilu-

sión.

Al son de doliente quena

canta el cerreño su dolor,

y solo alivia su pena

con sus canciones de

amor.

Estribillo

Olvida triste alma mía

las amarguras de amor,

que ya en la puna fría

nadie escucha tu dolor.

También de febrero de

1927 es un sentido huayno

de despedida, con el acen-

to puesto en los riesgos y

la pobreza del minero, que

decide abandonar su ama-

da ciudad natal, Cerro de

Pasco. La letra es de A. E.

U., y la música de Ángel

Portillo.

DESPEDIDA

Huaynito del correo de S.

M. Apolo VI

Ya me voy del Cerro “chi-

na”,

en busca de mejor suerte,

mal pagado en la mina

no quiero encontrar la

muerte.

Por un derrumbe enterra-

do

no quiero perder la vida,

adiós Cerro tan amado,

adiós, mi “china” querida.

Porque ya es imposible

vivir con dieciocho reales,

siendo mejor preferible

dejar estos minerales.

Quizás en tierras ajenas

se acabará mi dolor,

aunque sufriré mil penas

por ti, mi “china”, mi

amor.

Estribillo

Desengañado te dejo,

¡ay, tierra donde nací.

Hoy que triste me alejo,

ay, “china”, que haré sin

ti!

La muliza que sigue,

dedicado al Club “Juven-

tud Apolo”, e igualmente

compuesta con ocasión de

los carnavales de 1927, tie-

ne como autor de su letra

–no se dice nada de la

música– a un tal F. G. Q.

V. M.

TRISTE SUSPIRO

Triste suspiro de mi alma,

que patentiza mi pena;

¡Ay! Dulce prenda

cerreña,

tú me has robado la cal-

ma.

Mujer que tu nombre en-

cierra

el secreto de mi dicha:

puesta fuiste ¡Ay! en la tie-

rra,

para causar mi desdicha.

Cual ángel fingir supiste

las ternezas [sic] del cari-

ño;

dicha, amor, todo mentis-

te,

me engañaste cual a un

niño.

Pérfida sombra que vaga

en mi mente, en mi me-

moria;

con tu mentira que em-

briaga,

has escrito triste historia.

Estribillo

Por eso cuando te miro

y contemplo tu belleza,

mi pecho lanza un suspi-

ro,

de dolor y de tristeza.

Tenemos después una

chimaycha

, pero del carnaval

de 1928. Su letra es de A. E.

U., y la música del no me-

nos enigmático A. P. En sus

versos hay una humorística

sátira a los “pretenciosos” de

esa época, que vestían abri-

go, lucían chalina y se cu-

brían con esos sombreros

que se llamaban

saritas.

Esos

jóvenes o no tan jóvenes

que deseaban lucirse con

“prosa”.

YA SÉ POR QUÉ...

Chimaycha

Ya sé por qué no me quie-

res.

cholita cerropasquina:

porque tú solo prefieres

al mocito de “chalina”.

Ya sé por qué tus desdenes

has compartido conmigo:

porque más cariño tienes

al entallado de “abrigo”.

Ya sé por qué has matado

mis esperanzas, vidita:

porque más te ha gustado

el “huachafo” de “sarita”.

Ya sé por qué vanidosa

desprecias mi pobre amor:

porque más amas la prosa

del cholito de “oxford”.

Estribillo

Cerreñita pretenciosa,

Nunca desprecies al pobre,

no te fijes en la prosa

de quien no tiene un “co-

bre”.

Tenemos asimismo

esta muliza (S. M. Vulcano

XXII), que suscriben R. R.

C., por la letra, y A. J. R.

por la música:

TODO MAL SIEMPRE

SE PAGA

A mi pobre corazón

con tus miradas de fuego,

le arrebataste el sosiego

engendrando una pasión.

Con sonrisas y caricias

y simulados desvelos,

soñar le hiciste en los cie-

los

y en un mundo de delicias.

Tu cariño era mentido,

y tus caricias falsía,

porque jamás has sentido

amor por quien te quería.

Con tus palabras de miel

y falaces juramentos,

trocaste mi vida en lamen-

tos

llenando mi alma de hiel.

Estribillo

Si a tu vanidad halaga

lo que hoy has hecho con-

migo,

ten cuidado, te lo digo:

todo mal siempre se paga.

Y para finalizar, un

huaynito del mismo año,

con letra de Hugo

Fernelly y música de N. B.:

DISCULPA

Hasta cuándo cerreñita

he de sufrir tus enojos

sin merecer de tus ojos

siquiera una miradita.

Bien debieras comprender

que aún conservo en mi

pecho

la herida que tú me has

hecho

con tu ingrato proceder.

La culpa no tuve yo

sino tu loca ambición,

que desdeñó mi pasión

por otra que no duró.

Yo no te guardo rencor

a pesar de que has herido

mi corazón, que ha podi-

do

olvidarse de tu amor.

Estribillo

Vuelve de nuevo a querer

como quiere la cerreña

al amante que se empeña

por amor al padecer.