LIBROS & ARTES
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naval, promovido por el
Club Vulcano”, reinando
en la fiesta S. M. Vulcano
XXI, dato este que indica-
ría que tal forma de cele-
brarla se remontaba a mu-
chos años atrás. La letra es
de Lorenzo H. Landauro,
y la música de Antonio C.
Jiménez. Hela aquí:
ALABANZAS
Muliza
Quiero saciar mis antojos
alabando tu hermosura;
quiero ver si con ternura
me miran tus lindos ojos.
Eres bella y caprichosa,
como el cielo de la sierra;
eres capullo que encierra
la voluble mariposa.
Eres reina de candor,
tienes por trono los An-
des,
y por divisa los grandes
ideales del amor.
Eres en fin más hermosa
que la ambición del poe-
ta,
cuando siente en su alma
inquieta
una pasión imperiosa.
Estribillo
Sin embargo tu ilusión
que no te envanezca tan-
to,
que será cruel tu quebran-
to,
si desdeñas mi pasión.
El huaynito que sigue,
“Flor de puna”, también
fue premiado con Meda-
lla de plata y Diploma de
Honor “en el concurso de
versos para Carnaval pro-
movido por el Club Vul-
cano”. La letra es de Án-
gel Barreda del Carpio, y
la música de Antonio C.
Jiménez R.
FLOR DE PUNA
En el jardín de la puna
cultivaba una ilusión,
que los hielos de la Luna
marchitaron sin compa-
sión.
¡Qué pena siente el pecho
cuando la suerte impía
invade mi jardín deshe-
cho
con su indolente porfía!
En el carnaval de la vida
placeres hay con razón,
y en mi alma entristecida
penas, martirios, desilu-
sión.
Al son de doliente quena
canta el cerreño su dolor,
y solo alivia su pena
con sus canciones de
amor.
Estribillo
Olvida triste alma mía
las amarguras de amor,
que ya en la puna fría
nadie escucha tu dolor.
También de febrero de
1927 es un sentido huayno
de despedida, con el acen-
to puesto en los riesgos y
la pobreza del minero, que
decide abandonar su ama-
da ciudad natal, Cerro de
Pasco. La letra es de A. E.
U., y la música de Ángel
Portillo.
DESPEDIDA
Huaynito del correo de S.
M. Apolo VI
Ya me voy del Cerro “chi-
na”,
en busca de mejor suerte,
mal pagado en la mina
no quiero encontrar la
muerte.
Por un derrumbe enterra-
do
no quiero perder la vida,
adiós Cerro tan amado,
adiós, mi “china” querida.
Porque ya es imposible
vivir con dieciocho reales,
siendo mejor preferible
dejar estos minerales.
Quizás en tierras ajenas
se acabará mi dolor,
aunque sufriré mil penas
por ti, mi “china”, mi
amor.
Estribillo
Desengañado te dejo,
¡ay, tierra donde nací.
Hoy que triste me alejo,
ay, “china”, que haré sin
ti!
La muliza que sigue,
dedicado al Club “Juven-
tud Apolo”, e igualmente
compuesta con ocasión de
los carnavales de 1927, tie-
ne como autor de su letra
–no se dice nada de la
música– a un tal F. G. Q.
V. M.
TRISTE SUSPIRO
Triste suspiro de mi alma,
que patentiza mi pena;
¡Ay! Dulce prenda
cerreña,
tú me has robado la cal-
ma.
Mujer que tu nombre en-
cierra
el secreto de mi dicha:
puesta fuiste ¡Ay! en la tie-
rra,
para causar mi desdicha.
Cual ángel fingir supiste
las ternezas [sic] del cari-
ño;
dicha, amor, todo mentis-
te,
me engañaste cual a un
niño.
Pérfida sombra que vaga
en mi mente, en mi me-
moria;
con tu mentira que em-
briaga,
has escrito triste historia.
Estribillo
Por eso cuando te miro
y contemplo tu belleza,
mi pecho lanza un suspi-
ro,
de dolor y de tristeza.
Tenemos después una
chimaycha
, pero del carnaval
de 1928. Su letra es de A. E.
U., y la música del no me-
nos enigmático A. P. En sus
versos hay una humorística
sátira a los “pretenciosos” de
esa época, que vestían abri-
go, lucían chalina y se cu-
brían con esos sombreros
que se llamaban
saritas.
Esos
jóvenes o no tan jóvenes
que deseaban lucirse con
“prosa”.
YA SÉ POR QUÉ...
Chimaycha
Ya sé por qué no me quie-
res.
cholita cerropasquina:
porque tú solo prefieres
al mocito de “chalina”.
Ya sé por qué tus desdenes
has compartido conmigo:
porque más cariño tienes
al entallado de “abrigo”.
Ya sé por qué has matado
mis esperanzas, vidita:
porque más te ha gustado
el “huachafo” de “sarita”.
Ya sé por qué vanidosa
desprecias mi pobre amor:
porque más amas la prosa
del cholito de “oxford”.
Estribillo
Cerreñita pretenciosa,
Nunca desprecies al pobre,
no te fijes en la prosa
de quien no tiene un “co-
bre”.
Tenemos asimismo
esta muliza (S. M. Vulcano
XXII), que suscriben R. R.
C., por la letra, y A. J. R.
por la música:
TODO MAL SIEMPRE
SE PAGA
A mi pobre corazón
con tus miradas de fuego,
le arrebataste el sosiego
engendrando una pasión.
Con sonrisas y caricias
y simulados desvelos,
soñar le hiciste en los cie-
los
y en un mundo de delicias.
Tu cariño era mentido,
y tus caricias falsía,
porque jamás has sentido
amor por quien te quería.
Con tus palabras de miel
y falaces juramentos,
trocaste mi vida en lamen-
tos
llenando mi alma de hiel.
Estribillo
Si a tu vanidad halaga
lo que hoy has hecho con-
migo,
ten cuidado, te lo digo:
todo mal siempre se paga.
Y para finalizar, un
huaynito del mismo año,
con letra de Hugo
Fernelly y música de N. B.:
DISCULPA
Hasta cuándo cerreñita
he de sufrir tus enojos
sin merecer de tus ojos
siquiera una miradita.
Bien debieras comprender
que aún conservo en mi
pecho
la herida que tú me has
hecho
con tu ingrato proceder.
La culpa no tuve yo
sino tu loca ambición,
que desdeñó mi pasión
por otra que no duró.
Yo no te guardo rencor
a pesar de que has herido
mi corazón, que ha podi-
do
olvidarse de tu amor.
Estribillo
Vuelve de nuevo a querer
como quiere la cerreña
al amante que se empeña
por amor al padecer.