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LIBROS & ARTES

Página 9

o se sabe cuándo se

comenzó a festejar en

Lima los carnavales en la

forma que conocemos, y

que ahora apenas si sub-

siste. ¿Fue una temprana

importación de España?

La cosa es que el lugar

donde mejor se celebra-

ban era, desde mediados

del siglo XIX, o aun antes,

en el balneario de Chorri-

llos, por entonces el más

elegante de la capital. Y

debemos, entre otros, al

escritor colombiano José

María Samper, quien estu-

vo aquí entre fines de

1862 y un semestre de

1863, una vívida descrip-

ción de la festividad en su

novela ambientada en

Lima

Una taza de claveles.

Pues bien, un feliz azar

ha hecho que encuentre

en mi casa de Jauja unas

hojas impresas de colores,

en las que se difundía en-

tre los moradores de esa

ciudad minera la letra de

los huaynos, mulizas y

chimaychas ganadoras de

los concursos a los que

convocaban ciertos clu-

bes, al parecer entre otras

instituciones, con el “Club

Filarmónico Andino” o el

Club “Juventud Apolo”. Y

esa difusión se hacía siem-

pre en nombre no de una

deidad de nuestras alturas,

sino del Olimpo, y en este

caso de Vulcano o de

Apolo. Juntos ellos y la

música de la sierra, ¿quién

lo creyera? Y a propósito,

no estará demás recordar

que el rey Momo lleva el

nombre de una figura tam-

bién griega, vinculada con

las Hespérides. Y por cier-

to el tema de todos esos

cantares es el amor.

Entre esos volantes se

halla un tríptico bajo el

nombre del club que he-

mos citado primero, y en

el “Carnaval de 1927”, y

donde se da cuenta de la

“Entrada Triunfal de S. M.

Andino III”, el cual pro-

nuncia un “Mensaje” diri-

gido “A sus súbditos de

esta archicalurosa tierra de

mineros acaudalados y tra-

bajadores calatos como

pichón de rana: ¡Salud!”.

Texto en prosa que aspira

a ser muy humorístico, y

que firman como “secreta-

rios” Robustiano Tabla-

Casaca y Procopio Mano-

pla. En el tríptico figuran

además una muliza y un

huayno. En la primera se

señala como autor de la

letra, con pretensiones

cultas, a R. Raez Cisneros,

y de la música a G.

Chávez. Dice así:

MORENA DE MIS

QUERERES

Brisas de la noche umbría

que conocéis mi dolor,

que me muero por su amor

decidlo a la amada mía.

Jilguero alegre y parlero

tú que sabes de mi pena

vuela y díla [sic] a mi mo-

rena

lo mucho que yo la quie-

ro.

Díla que su amor ansío

como a la gloria el cristia-

no;

como la flor en verano

a las gotas de rocío.

Estribillo

Morena de mis quereres

escucha mi triste canto:

te dirá de mi quebranto

y mis hondos pareceres.

A vuelta de página, y

de los mismos autores, se

halla la canción que sigue:

PENITA MÍA

Huaynito

Adentro del pecho tengo

una honda penita mía,

es pena y es alegría

y por eso la retengo.

Vivir con ella es llorar,

y sin ella tanto peor,

es una pena de amor

que no la puedo olvidar.

Unida a mi ser está

con la cadena más fuerte:

solamente con la muerte

mi pena se acabará.

Estribillo

A nadie le avisaré

quién tanto me hace pe-

nar,

si no me ha de consolar

el contarle ¿para qué?

Tenemos luego una

muliza, “Premiada con

Medalla de Plata y Diplo-

ma de Honor, en el con-

curso de versos para Car-

CARNAVALES DE

CERRODE PASCO

Huaynos y mulizas 1927-1928

Edgardo Rivera Martínez

Antiguamente los carnavales no solo se festejaban en Lima,

sino también en provincias, incluso en las de la sierra. En Jauja,

por ejemplo, esa celebración dio lugar a los

tumbamontes

, muy

difundidos ahora en el valle del Mantaro. Pero la fiesta también se

realizaba en asientos mineros, como Cerro de Pasco y

Morococha. Sí, en esos frígidos lugares.

La diablada, carnavales en el valle del Mantaro.

N