LIBROS & ARTES
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bolo... De niño, el Perú fue
para mí, como para muchos,
lo soñado, lo esperado, lo
profundo; el nexo que unía
a la lealtad al terruño y el
hogar que invasores quisie-
ron cortar, la vaga idea de
una historia con sus fulgo-
res y sus numerosas caídas
y la fe en un futuro de libe-
ración”. Esta búsqueda in-
cesante y apasionada de la
‘Patria invisible’, esta idea
del Perú como un símbolo,
se constituyen en el eje en
torno al cual gira la obra
ensayística del gran histo-
riador de la república. De
carácter histórico social,
cultural y literario, los en-
sayos de Basadre, en su
gran mayoría, abordan una
amplia gama de temas rela-
cionados con la historia, la
cultura, la sociedad y la vida
de los peruanos. La misma
concepción polifónica con
que está construida su obra
magna
La Historia de la
República
, que en su sexta
edición de 1968-1969 al-
canzó 16 volúmenes, guía
también su obra ensayística.
Así, por ejemplo, en
Perú:
problema y posibilidad
se
reflexiona sobre el territo-
rio, la civilización andina y
el imperio incaico, sobre el
impacto traumático de la
conquista, sobre la sociedad
virreinal, sobre los caudillos
y figuras políticas de la
Emancipación y la Repúbli-
ca, sobre las ideas y los de-
bates doctrinarios y sobre la
superestructura cultural, li-
teraria y artística a través de
la vida y obra de autores
como Palma, González
Prada, Mariátegui y Sa-
bogal.
La relación de Jorge
Basadre con la literatura y
el arte merecen unas pala-
bras aparte. Poco después
que ingresé a la universidad,
se desencadenó en el mun-
do literario limeño un en-
cendido y prolongado deba-
te en torno a la poesía pura
y la poesía social. La ver-
dad, yo no tenía nada en
contra de la llamada poesía
pura, pero Vallejo había ga-
nado mi corazón desde que
lo descubriera cuando estu-
diaba el cuarto año de se-
cundaria. Por eso (quizá por
eso) apenas si había leído a
Eguren, a quien hubiera
continuado ignorando de no
encontrarme en el número
21, de febrero a marzo de
1926, de la revista
Amauta,
con el texto de Jorge
Basadre, “Elogio y elegía de
José María Eguren”, ensa-
yo que después incluyó en
su libro antes citado,
Equi-
vocaciones....
He releído el
texto después de muchos
años para preparar estas
notas y me sigue parecien-
do un texto fundamental,
fresco, imaginativo y pene-
trante pero a la vez insobor-
nable desde una perspecti-
va crítica y que me enseñó,
primero, a respetar y luego
admirar la poesía de Egu-
ren. En sentido inverso,
cuando estaba en primero
de pre letras, Basadre me
enseñó a leer con otros ojos
a González Prada, a quien
yo frecuentaba casi con fer-
vor dogmático en la Biblio-
teca Nacional. En ese ensa-
yo, Basadre asediaba la vida
y la obra del autor de
Pájinas libres
desde dife-
rentes ángulos y perspecti-
vas: como representante de
la literatura de la desilusión
y como una manifestación
de la aristocracia en decli-
ve en tránsito hacia la so-
ciedad burguesa liberal. Ba-
sándose en filósofos como
Nietzsche y Max Scheler,
hacía calas en los órdenes
síquico y moral para com-
prender el resentimiento
como fuente de determina-
das obras intelectuales y ar-
tísticas; más allá de las par-
ticularidades individuales
de González Prada, explica-
ba los fundamentos sociales
de su snobismo, de su
cientificismo anticlerical,
de la sencillez de su vida,
de su burocratismo y su ad-
hesión al anarquismo, mar-
cando con esta interpreta-
ción distancia con el APRA
y la derecha reaccionaria.
Como resultado emergía un
González Prada más real,
cuya pureza moral y la be-
lleza de su obra literaria le
aseguraba un puesto desta-
cado en la república de las
letras peruanas. Basadre, en
su semblanza de Porras
Barrenechea, afirma que
éste estuvo dotado como
nadie de su generación para
convertirse en el gran estu-
dioso y crítico de la litera-
tura del Perú, pero lo inhibió
la irrupción en este campo
de la figura de Luis Alberto
Sánchez. Esto, que es justo
para Porras, lo es aún más
para Basadre por las pági-
nas que ha dedicado a este
tema, en las cuales revela,
igual que Mariátegui, un
íntimo conocimiento y com-
presión de las literaturas
modernas y vanguardistas.
Además de la insidia y los
prejuicios partidaristas que
a menudo degradan sus jui-
cios literarios, Sánchez
comprendió bien la poesía
peruana hasta Chocano,
pero, a diferencia de
Basadre, no entendió o en-
tendió mal la poesía de
Eguren, de Vallejo o de
Oquendo de Amat. Y pien-
so que de haber continuado
Basadre con sus estudios e
investigaciones otro sería el
panorama de la literatura
peruana, que por lo demás,
enriqueció y profundizó
temporalmente con la in-
clusión de la literatura inca-
ica dentro de este proceso.
Estas apretadas consi-
deraciones sobre Jorge
Basadre como ensayista re-
sultarían incompletas si por
lo menos no aludiera a dos
temas que suscitaron su
permanente atención. Uno
se refiere a sus reflexiones
sobre la historiografía y la
teoría de la historia, y otro a
la situación política interna-
cional. Como ha destacado
FranciscoMiró Quesada, en
los trabajos de Basadre se
encuentra “una lúcida con-
ciencia filosófica, en espe-
cial de carácter epistemo-
lógico”, sobre la historia
como disciplina científica y
las posibilidades de una fi-
losofía de la historia con
fundamentos empíricos y
no de carácter especulativo.
Esta preocupación por
construir una teoría de la
historia, que de manera im-
plícita recorre todos sus en-
sayos como en
Perú: pro-
blema y posibilidad
, llevó a
Basadre a escribir pasado
los 60 años tres textos deci-
sivos:
Los fundamentos de
la historia del Derecho,
“Reflexiones sobre la his-
toriografía”, que apareció
en la 6ª. edición de
Histo-
ria de la República
del
Perú,
y
El azar en la histo-
ria y sus límites,
ensayo este
último que me deslumbró
cuando lo leí al comienzo de
los 70, pues revelaba un sa-
ber inmenso y una mente
fresca y abierta a todas las
corrientes últimas de la fi-
losofía, las ciencias de la
naturaleza y las ciencias
humanas, y todo esto respal-
dado por citas razonadas
directamente tomadas de
cinco idiomas.
No son numerosos,
como en el caso de Mariá-
tegui, los ensayos que
Basadre dedicó al examen
de la situación mundial,
pero los pocos que escribió
los hizo con el mismo rigor
y la información minuciosa
con que abordaba los temas
peruanos. El más extenso y
polémico es su memoria-
ensayo “Vida e historia en
Alemania” en el centro del
cual (capítulos V al IX) es-
tán sus reflexiones sobre
Hitler y el nazismo. Para
estudiar con la máxima ob-
jetividad posible la espeluz-
nante realidad alemana
asordina la voz del “memo-
“De niño, el Perú fue para mí, como para muchos, lo soñado,
lo esperado, lo profundo; el nexo que unía a la lealtad al
terruño y el hogar que invasores quisieron cortar, la vaga idea
de una historia con sus fulgores y sus numerosas caídas y
la fe en un futuro de liberación”.