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nos activa. U un parte de
pep.~ina,
que es la sustan–
cia en que reside la propiedad digestiva de los
alimentos azoados contenida en 60,000 de agua aci –
dulada con ácido hidro-clórico,
y
láctico , es capaz
de diaolver la C'.lrne (Wasmann).
Asombra ver la cantidad ele carne que pueden
dijerir los habitantes de ciertas r egiones. El capi–
tan Cochraue, ha visto un
rengífero
ser devorado en
una. sola comida por tres yacuties, mientras otros
cinco camaradas despachaban con
la
miRma pronti–
tud, una ternera de 100 kilógramos de peso. Los
hotentotes no son menos voraces, á juzgar por el
testimoniode Barlow, invocado porel Dr. Letheby.
El jugo pancreático desempeña tarnbien un papel
muy
importante en la digestion. A su accion está
confiada la solucion de las sustancias grasas. La
pancreatina, que es su parte activa, viene á ser un
intermedio entre las grasas
y
el agua, como lago–
ma, la yema de
huevo &.Forma una verdadera
emulcion, au11que
Lehma.nn, la considera como una
~aponificacion,
fun<lad0 en la glicerina que ha ha–
llado en el intestino delgado.
Puede juzgarse del poder emulsivo de Ja pancrea–
tina por las grandes cantidades de grasa que consu–
men los habitantes de las regiones polares. Segun
el testimonio de Pari;y y
J
ohn Ross,
]a
racion dia–
ria de los esquimales, es de 10 kilógramos de carne,
y
grasa de ballena,
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por lo menos, de pura grasa.
No todas las sustancias .alimentícias se digieren en
el mismo espacio de tiempo, apesar de ser su com–
posicion química idéntica
ó
semejante. En los ve–
jetales, el mayor
ó
menor espesor de la cubierta de
los granos de la fécula, [por ejemplo] hace su solu –
l?ilidad y sacarificacion mas dilatadas é incompletas.
Entre las sustancias animales, no todas son igual–
mente atacadas por el jugo gáHtrico con igual facili–
dad. Lo apretado de los te;Jidos
y
la tenacidad de
sus fibras, _introducen una gran diferencia en la di–
gestibilidad de esta clase de alimentos.
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No será tuera de propósito añadir que hay sus_