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a.nadir
500
gramos de leche que contienen
3'30 de
azoe, para obtener
lW50
gramos
de
azoe, Jo
que
aun no alcanza
á
complear la cantidad de alimento
plástico necesario
á
una buena alimentacion; mien–
tras
que,
con relacion al
carbon~
hay
300
gramos
de exceso.
v .
..Mas no es solamente
u11
principio de economí:a
pecuniaria
el
que condena una superflua alimenta–
cion. La capacidad de nuestros órganos digestivos
y
la ca.nti.clad ele reactivos
ó
disolventes de que
pue–
den disponer para hacer asimilables en el gran
la-bo~
ratori.o de nuestra
econonJ.ia, esa variedad de sus–
tancias de que la moda, el lujo, la costumbre
ó
la
necesidad, hacen uso para nuestro sustento cuoti–
<liano, son las que
ponen
límites
á
nuestra alir,ncn–
tacion. Estos límites concuerdan ordinariamente
con las cantidades exiji.d8.s por las pérdidas diarias
y
el crecimiento de nnostros órganos.
Estos límites físicos
y
quírnicos del laboratorio
intestinal, constituyen la digestibj lidad de los
ali–
mentos.
La <ligestion es una série t1e feuómenos füücoB
y
q
nímicos po1• medio
<le
los
cuales
los alimentos. son
divididos, molitlos, reducidoR
á
pulpa,
y
por último
disueltos, ífUe es el fin pr1ncipal de esta importante
foncion.
EL
aparato d1gestiy·o, es
el gran reecptácu–
lo; la saliva, el jugo gástrico, el jugo pancre{1,tico,
Ja bílis
y el
moco intestinal, son los reactivos de
eHte
elahoratorio. Berzelius cons idera
]a
djgestion..
como
un
gran lavado,
y
en
realidad,
so
lo
se
trata de
hacer solubles en los jugos i11test iu ·a1e.s las su s tancias
aue anteR no
lo eran
en
el a.gua,
ó
bien hacerlas
dialíticas,
es
decir, capaces
de
atravesar las
rnerr..–
branas, para ser absorvidas,
y llcYadas
por
niecHo
de 1a ci.rculacion
á,
toc10s
los úrganos. Bajo la in–
flnencia
de
estos reactivos or5[micos,
la
fécula
y
la.
celulo~a
tierna, se conYierten en azucar (g1ucosa):
las sustancias albuminosas
y
fibrosa s, en una sus-
s