-- 8 -
ble en los gastos de produccion, en que entra,
por·
mucho, el salario; pues si con 70 centavos que es el
gasto que ocasiona un chino, incluyendo alimentos,
vestidos, enfermedades, salario, interés y amortiza–
cion del capital adelantado, se puede obtener un
trabajo, que podemos representar como 7, añadien–
do el ga.sto de 10 centavos mas, en menestras
ó
pes–
eado, lo que haría un gasto total de 80 cer>taV'os, se
obtendria un trabajo doble, que en cífras represen–
tarémos por 14.
Si buscáramos en la historia de diversos paises,
hechos que comprobasen la influencia de la alimen–
tacion sobre la cantidad de trabajo, los hallaríamos
en abundancia. En Francia se han establecido, va–
rias veces, por empresarios ingleses, trabajos, bien
en ferrocarriles
ó
en oficinas <le fundicion
&.,
en que
se empleaban operarios ingleses y franceses. La su–
ma de trabajo desplegada por éstos, era un tercio
menor de la de aquellos. I"'o-s ingleses.estaban mejor
a.limentados. T an luego que se sometió á los fran–
ceses al mismo régimen que á los ingleses, rendiatt
la misma ca ntidad de trabajo.
En los Estados de
Geo¡~gia
y
de Luisiana el ne–
gro hacía cuatro comidas al dia, en dos de las cua.–
les, tomaba carne, y su trabajo era t riple del del n e–
gro de las Antillas, alimentado insuficientemente.
Un régimen alimenticio, sustancial
y
suficiente,
no solo aumenta el rendimien
del trabajo por la
cantidad mayor de fuerza que desarrolla, sino
po1~que evita muchas enfermedades,
y
por consiguiente
aumenta los dias de trabajo de que el obrero puede
disponer. En el Departamento de Tarn, se emplea–
ban 630 obreros en un establecimiento industrial;
estaban mal alimentados,
y
la caja de ahorros des–
tinada
á
suplirles salario, durante los dias de enfer–
medad, estaba siempre en quiebra. Mr, Talabot,
aumentó con un poco de carne el régimen alimen–
ticio de los obreros, y desde entónces mejoró tanto,
s u condicion, que de 15 dias que perdian por año,
j)Or
motivo de enfermedad ó de cansancio, solo