ORESTES
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DI
LULL()
no echandoles sal,
son
tan gordos que em–
palagan o dan fastio: pero es buena car–
ne. Yo los he comido algunas veces,
e
son
mejores que cabritos en
el
sabor,
e
es
manjar sano".
Sin tenet en cuenta estas apreciacio–
nes
ditirambicas, el pichi
es, sin
duda,
de
carne muy sabrosa. Cazado
a
golpes
de
1
garrote
en
los caminos., sobre todo de no–
che,
cuando hay luna, se procede a qui–
tarle
el
pelo del vientre· frotandole
c·on
ce–
nizas del rescoldo. Despues
q
ue se le
han
quitado . las vis:ceras se le adoba con ce–
bollas, sal, aji y comino,
y
se lo intradu–
'ce,
panza arriba, en las cenizas calientes
·co ocandole encima una
latita-
con brasas.
Al
poco tiempo ·un delicioso olor dulce de
came asada indicara el termino de la opa.–
raci6n, procediendose a comerlo chupan–
do
y
saboreando hueso por hueso como
lo hace el paisano.
Y
en verdad que no es para menos. Su
carne gorda, al calor del rescoldo,
se ha
derretido en manteca exquisita sobre
la
cascara,
y
ya
esta es facilmente despren–
dida.
Uno a uno los miembros son sepa–
rados con porciones
de
su came dulce,
morena, sabrosa,
y
cuando menos se aper–
cibe uno, no quedan "ni rastros del plchl..,
tal
es
el gusto
con
que
s.e
lo come.
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