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O· B ESTES DI ' LU. LLO
selitos
mas
numerosos, y es precisamen–
te entre sus huestes que se reclutan hoy
los partidarios del api o m.azamorra, ali–
mento econ6mjco, ·que a su sabor sencillo,
Virgiliano, une la condici6n de ser uno de
· los platos mas sanos
y
nutritivos.
De este modo, la mazamorra de anta–
iio, democratica y proletaria, conservada
s6lo como una tr.adici6n en el menu de
ciertas familias de rango, cunde hoy a · to-
.das las esferas merced a las perturbacio–
nes -econ6micas, y encuentra el antiguo
palad'ar que la consagrara la mas famosa
comida criolla.
Esta fama no s6lo proviene de su sa–
bor y condici6n nutritiva, cuanto de
la
~encillez
de su elaboraci6n
y
condimento,
cue.stiones estas que mucho interesan a la
idiosincrasi.a de los santiaguefios.
En
efecto, oon una ollita de hierro o
de barro cocido, un poco de maiz, agua
y
una pizca de bicarbonato, se tiene lo ne–
cesario para la preparaci6n de una buena
y
sabros.a mazamorra. Todo lo demas es
obra de la paciencia, que, gracias a Dios,
nunca falta,
y
de colo
1
carse junto al fue–
go, en cuchillas, como lo hacen las viejas
con un cigarro de chala en los ·1abios y el
mecedor o "taj-uena" o "chaj-runa" en la
mano, y dale que dale vueltas y mas vuel-
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