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La fuerza del enemigo en aquel departamento computábase
en dos mil ochocientos hombres acantonados en Torata, Mo–
quegua i Tacna. A mil quin ientos ascendia la division de
Brown en la frontera arjentina, i el resto de las fuerzas del
Protector estaba en Lima
i
en el departamento de la Libertad.
Es claro que con la presencia del ejército expedicionario en
Arequipa, la division de Brown no podía ser socorrida por el
ejército del centro.
Al llegar la expedicion al puerto de Arica, el jeneral en jefe
supo que permanecia en Tacna con una division '.el jeneral Ló·
pez, de quien se le había hecho entender que estaba dispuesto a
obrar contra Santa Cruz. Con este motivo entabló comunica·
ciones secretas con dicho jeneral, de cuyas buenas disposicio·
nes quedó satisfecho, siendo este un nuevo motivo para
insisti~
en el plan de invadir a Arequipa.
En Islay, que encontró abandonado por su vecindario, pensó
desembarcar al ejército; pero noticiado de que era necesario
emprender una larga i fatigosa travesía, a pesar de los infor·
mes favorables del jeneral La Fuente, se dirijió al puerto de
Quilca, donde verificó el desembarco, 11venciendo mil dificulta–
des... En una caleta inmediata, donde el jeneral se propuso ha–
cer desembarcar los caballos, atendiendo per: onalmente a esta
operacion, ocurrió el fatal incidente del naufrajio de la fragata
Cármen,
con que se perdió cuanto llevaba el jeneral La Fuente,
con escepcion de los fu siles, que iban en otro buque, i se perdió
ademas una parte de los artículos que formaban el parque del
ejército, entre ellos los zapatos para la tropa i las herraduras de
los caballos.
Luego de desembarcado, se ordenó la marcha del ejército por
escalones, adelantándose el jeneral Aldunate con el Valdivia, i
partiendo en último lugar la escolta i artillería, por falta de ca–
ballos i bagaje. Fué comisionado el comandante Mayo para
marchar con doce cazadores a caballo, a tomar posesion de la
provincia de Camaná
i
remitir caballos i otros auxilios que ne–
cesitaban el parque i los cuerpos que quedaban en el puerto.
Llegó el jeneral Aldunate a las goteras de Arequipa con tres
batallones
i
el escuadran de cazadores,
i
acampó en Challa–
pampa, haciendo entrar en la ciudad solamente una compañía