Verificóse la conferencia en la forma que el cónsul deseaba,
i
en ella se propuso hacer desistir al Gobierno de la resolucion de
pro. eguir la guerra, manifestando que contra ella estaba la opi–
nion, la voluntad de S. M. B., i llegando en su empeño hasta la
insolencia i la amenaza. El ministro Tocornal, a pesar de su
carácter moderado
i
tranquilo respondió con mucha enerjia,
a egurando que la resolucion del Gobierno era irrevocable. (8)
(8) En carta de
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de Diciembre de i837, dirijida desrle Santiago al mi–
ni tro de la Guerra don Ramon Cavareda, que se hallaba en Valparaiso, le
e cribia don Joaquin Tocornal, entre otras co as, lo siguiente: «Diga usted
a Garrido que he tomado el partido de no conte tarle por no incidir en la
de templanza de que ha usado para escribirme, i porque me ha dejado en–
fermo una conferencia del cónsul ingle que pidió ante el Presidente, cu–
ya duracion fué de tres horas. En buenos término , nos ha hecho una inti–
macion a nombre de su gobierno, por nuestra injusticia en prolongar la
guerra, i que jamas podíamos contar con la cooperacion de los neutrales.
Yo le contesté largamente i con la enerjia que corresponde en un caso de
e ta naturaleza. Remo reservado escrupu lo amente lo ocurrido con el cón–
sul, por Ja influencia que podría ejercer este incidente en la opinion pú–
blica i en el decoro del g<1bierno, i olo hemos confesado que ha sido una
interpo icion en virtud de la mediacion ofrecida por el gobierno ingles. El
Pre idente, Egaña i Bello se quedaron helado ; pero puedo asegurar a usted
que, aunque me hizo mucha impre ion, me dió al mi mo tiempo un coraje
de que yo mismo me e trañaba. Creo que, a pretesto de la mediacion, no
volverá a repetir semejante conferencia, que debiendo tenerla conmigo, no
puedo concebir por qué qui o tenerla ante el Pre idente, sin prevl..'nirme lo
mas leve. Mucha resen·a vuelYo a repetir a usted.l>
Fué notable el año de r837, no
olamente por las contrariedades que
experimentó Chile en su órden político interno, desde las tentativas de re–
volucion en las prodncias de Concepcion i de Colchagua, hasta el terrible
motin de Quillota,
i
por el mal éxito de la campaña contra Santa Cruz,
mas tambien por accidentes de otro jénero. El 7 de Noviembre de dicho
año, a Ja 8 i 5 minuto de la mañana e sin6ó en la provincia de Valdivia
un terremoto, cuyo pri'l1er acudimiento se prolongó durante diez minutos
con tal violencia. que apénas podían las per ona sostenerse en pié. El
sacudimiento tuvo Ja direccion de oriente a poniente,
i
continuó con lijerac;
intermitencia , ha ta el día diez, quedandoidestruidos en las diversa pobla–
cione
todo
lo edificios de albañilería (templo
,
fortalezas, cuarteles, casa
de Gobierno, ho pitale ), maltratadas mucha ca a µarticulare
,
a pesar de
u e tructura de madera, d rrumbados lo
cerro
en parte ma o ménos
con iderable, escombrada por donde quiera la tierra
i
cruzada de anchas
i
dilatadas grietas, perdidas en consecuencia, muchas sementeras, los cami-