LIBROS & ARTES
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vida de la Iglesia como lugar teoló-
gico, la acción humana como pun-
to de partida de toda reflexión, el
pensamiento marxista centrado en
la praxis) y “debe ser un pensamien-
to crítico de él mismo, de sus pro-
pios fundamentos” (p.27). El pen-
samiento crítico no se refiere sólo a
una perspectiva epistemológica,
sino también “a una crítica de los
condicionamientos económicos y
socio-culturales de la vida y re-
flexión de la comunidad cristia-
na…” (p.28). Como reflexión crí-
tica, la teología cumple una función
liberadora del hombre y de la co-
munidad cristiana.
La teología de la liberación está
en un permanente diálogo con los
discursos que provienen de las dis-
ciplinas de las ciencias sociales. En
el segundo capítulo del libro,
Gutiérrez examina los diversos en-
foques que han elaborado las cien-
cias sociales sobre el desarrollo, ana-
liza sus limitaciones y discute sus al-
ternativas críticas (la revolución so-
cial) para formular luego una pro-
puesta de liberación humana: “Li-
beración, expresa, en primer lugar,
las aspiraciones de los pueblos, cla-
ses y sectores sociales oprimidos, y
subraya el aspecto conflictual del
proceso económico, social y políti-
co que los opone a los pueblos opu-
lentos y grupos poderosos. Frente a
esto, el término desarrollo y, sobre
todo, la política llamada desa-
rrollista, parecen algo escépticos y,
por consiguiente, falseando una rea-
lidad trágica y conflictual. La cues-
tión del desarrollo encuentra, en
efecto, su verdadero lugar en la
perspectiva, más global, más hon-
da y más radical, de la liberación;
sólo en ese marco, el desarrollo ad-
quiere su verdadero sentido y halla
posibilidades de plasmación”
(p.58). La concepción de la histo-
ria como un proceso de liberación
humana, en la que el hombre asu-
me su propio destino, ensancha el
horizonte de los cambios que se de-
sean.
Pero una historia propiamente
humana supone romper con todas
las manos invisibles (Dios, merca-
do, la fatalidad o la suerte) que lo
amarran y que le impiden ser ver-
daderamente libre. Tengo la impre-
sión que Gutiérrez se ubica en el
límite entre una historia propia-
mente humana y una historia de
Dios que comprende el pecado, la
redención y el
saeculum
, esto es, el
tiempo y el espacio en el que habi-
tan los hombres. La teología de la
liberación de Gutiérrez es una pers-
pectiva radical del
saeculum
, pero
que no deja de ser, por eso, una
parte de la historia de Dios y no lle-
ga a ser una historia propiamente
humana. La teología de la libera-
ción de Gutiérrez forma parte de
un diálogo tenso entre la razón crí-
tica y la autoridad de la fe. Este
tema es discutido en profundidad
en el capitulo IX, que trata justa-
mente de la relación entre libera-
ción y salvación
3.
Clases, Estado y Nación
Julio Cotler es uno de los más
destacados intelectuales del Perú
actual. Pertenece a la generación
de los 50, cuyos integrantes brillan
con luz propia en las diversas disci-
plinas intelectuales que cultivan. Es-
tudió etnología en la Facultad de
Letras y Humanidades de la
UNMSM y tuvo como profesores
destacados a Luis E. Valcárcel y Jor-
ge Muelle. A mediados de los 50
viajó a Europa e hizo el doctorado
en sociología política en la Univer-
sidad de Burdeos bajo la dirección
de Francois Bourricaud. Su gene-
ración forma parte de los contin-
gentes de la clase media urbana que
pudo acceder a la UNMSM gra-
cias a la transformación de la uni-
versidad oligárquica en una insti-
tución relativamente democrática
dentro de un país sometido, sin em-
bargo, a la dominación oligárquica
y a la dictadura de Odría. En ese
contexto, la rebeldía juvenil en la
que participó activamente Julio
Cotler es explicable y justificable.
La represión, la cárcel y el destierro
eran los riesgos inevitables para los
que participaban y sobre todo para
los que dirigían los movimientos es-
tudiantiles de izquierda, como fue
el caso de Julio Cotler. Los debates
políticos e intelectuales desborda-
ron las aulas y el célebre patio de
Letras de la vieja casona de San
Marcos para prolongarse en las ca-
lles y en el mismo Palermo, el inol-
vidable café de las tertulias de los
jóvenes sanmarquinos de los 50 y
los 60.
Cotler es etnólogo y sociólogo,
pero es principalmente la sociolo-
gía política la disciplina que mejor
ha cultivado y con la que ha pro-
ducido las contribuciones más im-
portantes en el campo de las cien-
cias sociales. Desde esta perspecti-
va ha iluminado diversos temas y
problemas con los resultados de sus
investigaciones: las élites, los parti-
dos políticos, los movimientos so-
ciales, la educación, la cultura po-
lítica, el Estado, las transiciones de-
mocráticas, las políticas públicas. La
búsqueda de una mejor compren-
sión de los fenómenos políticos lo
condujo a la sociología histórica
comparada en las mejores tradicio-
nes intelectuales de esta perspecti-
va teórica y metodológica: Barring-
ton Moore, Reinhart Bendix,
Samuel Huntington, Samuel
Eissentadt, Thedda Skócpol, Char-
les Tilly.
Julio Cotler no se ha encap-
sulado en una sola teoría, en una
sola doctrina, en una sola pers-
pectiva metodológica. Su inteli-
gencia estuvo siempre abierta a las
diversas explicaciones teóricas y
a los distintos enfoques metodo-
lógicos. Los criterios para optar
por determinadas opciones teóri-
cas y metodológicas parecen ha-
ber sido la mayor capacidad para
explicar determinados fenómenos
y procesos y la expectativa de
obtener resultados más consisten-
tes en las investigaciones. En sus
obras pueden encontrarse influen-
cias marxistas, weberianas y es-
tructural-funcionales. Una pers-
pectiva que influyó sobre todos
los científicos sociales de Améri-
ca Latina de los 60 y los 70, entre
ellos Julio Cotler, fue el de la de-
pendencia en la forma más elabo-
rada que relacionaba en forma
compleja los actores, las estruc-
turas y los procesos internos con
los externos. Pero más allá de las
diferentes perspectivas teóricas y
metodológicas, Julio Cotler ha re-
chazado siempre todo tipo de
reduccionismo, sea este econo-
micista, culturalista, psicologista,
para buscar las articulaciones
complejas y las causaciones circu-
lares que presentan frecuente-
mente los fenómenos sociales y
políticos. En la vieja tensión en-
tre los enfoques de sistemas y es-
tructuras y los de los actores, Ju-
lio Cotler ha logrado superar los
enfoques meramente instituciona-
listas y los de la teoría de los jue-
gos para buscar las complejas re-
laciones entre actores individua-
les y colectivos con los sistemas y
las estructuras. Esta opción teóri-
ca y metodológica puede ser cla-
ramente percibida en los estudios
de las transiciones a la democra-
cia, en cuyos análisis Julio Cotler
está más cerca de Terry Lynn Karl
que de Guillermo O‘Donnell, me
refiero al Guillermo O´Donnell de
las Transiciones desde un gobier-
no autoritario, especialmente del
Hugo Neira.