Previous Page  48 / 52 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 48 / 52 Next Page
Page Background

LIBROS & ARTES

Página 10

sobre la cultura indígena, otorgó

al indigenismo un sentido étnico y

asumió el mestizaje cultural y su

carácter integrador, que buscaba

recoger los valores más importan-

tes de ambas culturas de las que pro-

cedía, las cuales habían sufrido, sin

embargo, profundas transformacio-

nes como producto de su mutua,

aunque contradictoria, coexisten-

cia.

En mi libro

Ciudadanos reales e

imaginarios

he señalado que la uto-

pía andina de Alberto Flores

Galindo constituye el intento más

serio de superar las diversas versio-

nes del indigenismo y su carácter

inorgánico y de comprender la di-

námica del mundo andino desde

la etapa final de la dominación co-

lonial hasta la actualidad, apelan-

do a los cambios sociales y políti-

cos internos de ese mundo y al enor-

me repertorio de su imaginario cul-

tural que lo dotaba de unidad y de

identidad. La utopía andina es el

conjunto de mitos, leyendas, creen-

cias, sueños, festividades y formas

religiosas que, apelando al pasado

y al retorno del imperio incaico,

orienta, da sentido e impulsa la

acción colectiva del mundo andino

derrotado por la Conquista y opri-

mido y explotado por la Colonia y

la República. Gracias a la utopía

andina, el fragmentado mundo in-

dígena actual puede recomponer su

identidad y constituirse como suje-

to de acción colectiva. Los diver-

sos componentes de la utopía

andina van cambiando con la his-

toria. Unos mitos se extinguen,

otros mantienen su vigencia. Se

pueden debilitar algunas creencias

y leyendas en la memoria colecti-

va, pero ciertas formas religiosas

mantienen encendida la llama de

la fe. El mundo andino tampoco

permanece inmóvil. La domina-

ción y el conflicto lo han transfor-

mado a lo largo de la historia colo-

nial y republicana. Lo que caracte-

riza actualmente al mundo andino

es la fragmentación. Apelando a los

elementos de la utopía andina, ese

mundo fragmentado puede consti-

tuirse como sujeto colectivo con

una determinada identidad cultu-

ral: «La utopía andina son los pro-

yectos (en plural) que pretendían

enfrentar esta realidad. Intentos de

navegar contra la corriente para

doblegar tanto a la dependencia

como a la fragmentación. Buscar

una alternativa entre la memoria y

lo imaginario: la vuelta de la socie-

dad incaica y el regreso del Inca.

Encontrar en la reedificación del

pasado, la solución a los problemas

de identidad» (Flores Galindo,

1986: 14).

Flores Galindo sostenía que la

utopía andina desborda los Andes

para instalarse en la cultura popular

del Perú. Una expresión de ese des-

borde sería la valoración positiva que

los escolares de la educación secun-

daria provenientes de las diversas cla-

ses sociales tienen del Imperio

Incaico. Esta valoración positiva del

Imperio Incaico y de la justicia y la

armonía que, según los escolares

encuestados, lo caracterizaban es,

sin embargo, como el mismo Flores

Galindo lo reconoce, una forma

de negar el presente más que un de-

seo de volver al pasado.

6.

Los informales

En 1986 se publicó el libro de

mayor éxito editorial en el Perú:

El

otro sendero

, de Hernando de Soto.

En noviembre de ese año se edita-

ron 6,000 ejemplares que se agota-

ron en pocos días. En el mismo mes

de noviembre se reeditaron otros

5,000 ejemplares que desaparecie-

ron prontamente del mercado, lo

que obligó a los editores a publicar

una tercera edición en diciembre

del mismo año de 10,000 ejempla-

res. El éxito editorial del Perú se re-

pitió en Colombia, en donde se rea-

lizaron dos ediciones, una de 8,000

ejemplares en febrero de 1987 y otra

en marzo del mismo año de 7,500

ejemplares. En marzo de 1987 se

publicó en el Perú una sexta edi-

ción de 20,000 ejemplares. Ade-

más de las múltiples ediciones en el

Perú y en otros países de América

Latina,

El otro sendero

ha sido tra-

ducido a varios idiomas.

¿A qué se debe el éxito editorial

de

El otro sendero

? De Soto es, sin

duda, un excelente marketero de sí

mismo y de su obra. Avisos de pági-

na entera en los principales diarios

anunciando la obra y su importan-

cia; comentarios de personajes des-

tacados de la cultura y la política pe-

ruana, latinoamericana y mundial;

convenios con diversos gobiernos de

América Latina y de otros continen-

tes para impulsar las políticas con-

ducentes al desarrollo, todo este pa-

quete de medidas publicitarias han

contribuido decisivamente al éxito

editorial de

El otro sendero

. No se

puede dejar de lado, sin embargo, el

contenido mismo del libro y su men-

saje optimista sobre el papel impor-

tante de los informales en el proce-

so de desarrollo.

Más que un libro científico,

El

otro sendero

es un manifiesto libe-

ral. Historiadores, economistas, so-

ciólogos han discutido la validez de

sus principales tesis y han cuestio-

nado su argumentación teórica y

metodológica, pero el libro sigue en

pie y continúa editándose con éxi-

to. También ha sido pirateado, lo

que evidencia su éxito editorial. Lla-

ma la atención que, siendo un ma-

nifiesto liberal, el libro sea dedica-

do, sin embargo, a sus amigos iz-

quierdistas.

Hernando de Soto nació en

Arequipa. Hizo su postgrado en el

Instituto Universitario de Altos Es-

tudios Internacionales de Ginebra.

Ha sido economista en el Acuerdo

General sobre Aranceles Aduane-

ros y Comercio (GATT), presiden-

te del Comité Ejecutivo de la Or-

ganización de Países Exportadores

de Cobre (CIPEC), director del

Banco Central de Reserva del Perú

y presidente del Instituto Libertad

y Democracia (ILD), director de

empresas peruanas y miembro del

Comité de Planificación del Desa-

rrollo del PNUD.

El otro sendero

analiza a los po-

bres de las ciudades como informa-

les, como producto de los altos cos-

tos de la formalidad. La pobreza no

es producto de factores económico-

sociales sino de los altos costos de la

ley: “Como fruto de todo ello ha

quedado en evidencia que vivimos

en una sociedad costosa, en donde

tanto los formales como los informa-

les desperdician un gran número de

recursos. Así hemos visto como se

producen las invasiones, aumenta la

congestión vehicular, se multiplican

los accidentes de tránsito, existe una

permanente inestabilidad jurídica

que distrae de la producción una

enorme cantidad de recursos, esfuer-

zo e ingenio para dedicarlos más

bien a una acción política que per-

mita evitar las sanciones legales y ob-

tener el reconocimiento de los de-

rechos extralegales adquiridos.

“Por lo general, se ha querido

ver las causas de tales problemas en

múltiples factores, como las migra-

ciones, la distribución del ingreso,

el desempleo y aún el clima. Sin

embargo, a medida que el ILD pro-

fundizaba sus investigaciones, fue

quedando en evidencia que ningu-

no era suficiente para explicar sa-

tisfactoriamente la magnitud y com-

plejidad de los problemas. Las mi-

graciones pueden explicar el incre-

mento de gente que vive en la ca-

pital. La distribución del ingreso

puede explicar por qué ocurren ta-

les migraciones. A su turno el des-

empleo puede explicar por qué hay

oferta de mano de obra disponible.

Y, por su lado, el clima sólo puede

justificar por qué cierto tipo de de-

sarrollo urbano es posible en un

contexto geográfico determinado.

Empero, ninguno de estos factores

puede explicar por qué la gente

opta por invadir terrenos para edi-

ficar sus casas, ocupar calles para

comerciar o apropiarse de rutas

para prestar el servicio de transpor-

te. En suma, ninguno puede expli-

car por qué algunos prefieren la for-

malidad y otros la informalidad ni

determinar las consecuencias que

resultan de semejante proceso.”

“Fue así que decidimos al res-

pecto con los informales mismos y

LA NUEVA HISTORIA

“La historiografía clásica de la invasión española,

hasta nuestros programas escolares anteriores a la

Reforma Educativa, amparó siempre una suerte de

sinécdoque histórica, que tomaba la parte por el

todo. A la visión de los vencedores le sale al frente,

en estos años, como correctivo y complemento, la

búsqueda de la visión de los vencidos. La están

construyendo con laboriosidad los científicos

sociales jóvenes…. Si el Perú ha de ser algo más que

una noción geográfica prolongada en el tiempo,

entonces esa voluntad de mirar nuestro pasado con

ojos nuevos tiene algo del afán con que se escruta

una amarillenta fotografía de familia, algo del tanteo

visual que busca recuperar la propia imagen cuando

la refleja, tenue, un espejo antiguo que ha deslucido

el tiempo. Que son las urgencias del presente las que

a eso conducen, lo intuía Goethe al recomendar que

cada generación reescribiese por entero la historia

universal” .

Carlos Araníbar