LIBROS & ARTES
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ción de racismo positivis-
ta que ya en esa época era
obsoleto, sostiene que “el
chino (...) parece haber
inoculado en su descen-
dencia, el fatalismo, la
apatía, las taras del Orien-
te decrépito”. Los acusa de
haber impulsado el juego
y el opio entre los coste-
ños (341). Una represen-
tación plagada de prejui-
cios y tópicos que delatan
la mentalidad tradicional
del crítico revolucionario.
Por otro lado, sostiene
el Amauta que el aporte
del negro es nulo y nega-
tivo. El negro trajo su sen-
sualidad, su superstición,
su primitivismo. Por ello,
“no estaba en condiciones
de contribuir a la creación
de una cultura sino más
bien de estorbarla con el
crudo y viviente influjo de
su barbarie” (342).
Mariátegui está implí-
citamente proponiendo
un genocidio cultural: la
desaparición del otro por-
que no es capaz de com-
prender la posición y la
singular cosmovisión de
los afroperuanos. Están
operando las viejas confi-
guraciones del
sujeto es-
clavista
en el texto ma-
riateguista: representar al
afroperuano como un ser
ausente de racionalidad y
que posee una sobredi-
mensión sexual es un tó-
pico que atraviesa toda
nuestra historia. Se sigue
produciendo sentidos con
la vieja dicotomía civiliza-
ción/barbarie, y se adscri-
be la cultura negra y chi-
na al polo subalterno de la
relación.
Los exegetas más agu-
dos de las ideas literarias
de Mariátegui (Tomás G.
Escajadillo, Mirko Lauer,
Antonio Cornejo Polar,
Carlos García Bedoya M.,
entre otros) han puesto
énfasis, con algunos mati-
ces, en la periodización
propuesta por el séptimo
ensayo y su visión dialéc-
tica del proceso teniendo
como preocupación cen-
tral la creación de una li-
teratura nacional sui
generis por su carácter no
orgánico. Mariátegui re-
marca al final de su ensa-
yo que él se ha “propues-
to esbozar los linea-
mientos o rasgos esencia-
les de nuestra literatura”
(348). Por ello, el énfasis
en la liquidación del ca-
rácter colonialista de
nuestra literatura, la reve-
lación de la vigencia cos-
mopolita y la esperanza
puesta en la literatura
indigenista anunciada por
Melgar, Gamarra y Valle-
jo como medio para llegar
a una literatura nacional.
¿Cómo es posible esa
literatura nacional, defini-
da por una sola cultura, en
una realidad pluricul-
tural?, ¿cómo crear un
campo literario autónomo
proponiendo el someti-
miento de la producción
literaria a orientaciones
políticas?, ¿cómo creer
que la vertiente cosmopo-
lita puede desaparecer en
una sociedad periférica?,
¿por qué creer que nues-
tra “herencia colonial” solo
posee facetas negativas?,
¿por qué condenar a la li-
teratura indígena al futu-
ro y negarle su pasado y su
presente?
En la lectura del Amau-
ta, la literatura nacional
aparece configurada como
un horizonte de deseo,
pero no es más que deseos
sin horizontes. Para utili-
zar las mismas categorías
que Mariátegui: en el Perú,
la literatura colonial creó
espacios nacionales y cos-
mopolitas, la literatura
cosmopolita creó nuevas
formas de colonización y
nacionalidades virtuales,
la literatura nacional es
ahora una utopía anacró-
nica en un mundo de cul-
turas desterritorializadas,
memorias colonizadas,
imaginaciones domestica-
das, exacerbación de dife-
rencias y comunidades
virtuales.
¿GOOD BYE,
AMAUTA?
Las más valiosas ideas
de Mariátegui sobre la li-
teratura peruana no se de-
sarrollaron por sus segui-
dores cuando la sociedad
y la cultura lo requerían,
y cuando se produjo el
desarrollo ya era demasia-
do tarde: la sociedad y la
cultura habían cambiado
drásticamente. Exploran-
do solo las tres variables
desarrolladas, percibimos
que la vigencia de Mariá-
tegui radica, principal-
mente, en la construcción
de un ideal de intelectual
crítico moderno que crea
una estructura cultural
como
Amauta
desde don-
de se piensa e imagina una
comunidad escindida en-
tre los fantasmas colonia-
les, los monstruos republi-
canos y los cantos de sire-
na de la modernidad peri-
férica.
El Perú de Mariátegui
ya no existe; sin embargo,
el eco de su fuga todavía
queda resonando en nues-
tra nostalgia. Hoy, la vi-
sión de Mariátegui es in-
suficiente; sin embargo, su
desafío late incrustado en
el centro de nuestras espe-
ranzas.
BIBLIOGRAFÍA
MARIÁTEGUI, José Car-
los.
1968 “El proceso de la li-
teratura”.
Siete ensayos
de interpretación de la
realidad peruana
.1928.
Lima: Biblioteca Amau-
ta, 181-277.
VELÁZQUEZ CASTRO,
Marcel
2002 “Los 7 errores de
Mariátegui o travesía
por el útero del padre”
en
Ajos & Zafiros
3-4:
117-132.
VIENRICH, Adolfo
1999
Azucenas Quechuas.
Fábulas
Quechuas
.
1905, 1906. Lima: Edi-
ciones Lux.
WIESSE, María
1945
José Carlos Mariáte-
gui (etapas de su vi-
da)
.Lima: Ediciones
Hora del Hombre.
“Amauta
representaba un espíritu en expansión
que formalizaba los sueños y la fe histórica de un movimiento y de
una generación: la voluntad de crear un Perú nuevo dentro de un
mundo nuevo. Ninguna de las grandes revistas de nuestra tradición
se inclinó tan decididamente por el debate y la polémica constructiva
sin caer en la ortodoxia o el planteamiento fijo”.
1
Un análisis más am-
plio de la propuesta de
Mariátegui sobre el proce-
so de la literatura peruana
puede leerse en mi artícu-
lo “Los siete errores de
Mariátegui o travesía por
el útero del padre”
(2002).
José Carlos Mariátegui en sus inicios como periodista.