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LIBROS & ARTES

Página 19

gobierno debe administrar

con astucia las complejas

intrigas cortesanas y milita-

res que lo sostienen. A tra-

vés de Adriano, M. Yource-

nar escruta las pasiones y

decisiones del hombre polí-

tico que percibe y teme la

muerte de la sociedad que lo

ha engendrado, que asiste al

descrédito de sus dioses pro-

tectores, y que sin embargo

conserva la fe hacia la cultu-

ra y la civilización alcanza-

das por la razón humana.

Una muestra de esta búsque-

da de sentido que Yourcenar

expresa a través de

Memorias

de Adriano

, es el momento en

que el emperador, sólo fren-

te a sí mismo, trata de exa-

minarse, definirse y conocer-

se mejor antes de morir:

Como todo el mundo, sólo tengo a

mi servicio tres medios para eva-

luar la existencia humana: el es-

tudio de mí mismo, que es el más

difícil y peligroso, pero también el

más fecundo de los métodos; la

observación de los hombres, que

logran casi siempre ocultarnos sus

secretos o hacernos creer que los

tienen; y los libros, con los errores

particulares de perspectiva que

nacen entre sus líneas

3

.

Revivir una época con

cierta objetividad y rigor his-

tórico hicieron de

Memorias de

Adriano

un libro difícil de cla-

sificar entre la novela y el

ensayo. La misma M. Yource-

nar mientras coordinaba con

su editor, dudó en calificarlo

en uno u otro género, aun-

que la convención literaria

que se ha ido construyendo

alrededor del libro en las dé-

cadas siguientes suele situar-

lo en el campo de la ficción.

Las declaraciones posteriores

hechas por la autora revelan

el laborioso proceso de cons-

trucción del personaje, a fin

de desechar aquello que no

consideraba pertinente para

él ni para la historia narrada:

Este libro me ha enseñado hasta

qué punto soy capaz de juzgarme

a mí misma. Por ello, no entien-

do, naturalmente, que haya que

remitirse a un sistema de referen-

cias, emitir un juicio moral, sino

subdividir, establecer relaciones,

especies, ver en el conjunto, y desde

arriba, la propia vida

4

.

Publicado en Francia en

1951, el libro se convirtió

pronto en un éxito, con pos-

teriores reediciones a nivel

mundial. Su siguiente libro,

como la mayoría de textos

de M. Yourcenar, también

tuvo una larga gestación que

parte de uno de sus relatos

cortos publicados en 1934 (

A

la manera de Durero

), y que lue-

go retomará para trabajar en

un texto más complejo hasta

llegar a la novela

Opus Nigrum

(1968). El argumento gira en

torno al personaje Zenón, un

médico y alquimista que se

debate continuamente entre

la seguridad y la libertad, un

dilema del siglo XVI o del

XXI. Zenón encarna el des-

tino de Adán, o de cualquie-

ra de sus descendientes, arro-

jados fuera de la utopía del

paraíso original y empren-

diendo el camino iniciático

para encontrar su propio ros-

tro en confrontación con el

mundo, tal y como lo ilustra

el fragmento de Pico de la

Mirándola colocado a modo

de epígrafe al comienzo de

la novela:

No te he dado ni ros-

tro, ni lugar alguno que sea pro-

piamente tuyo, ni tampoco ningún

don que te sea particular, ¡oh,

Adán!, con el fin de que tu rostro,

tu lugar y tus dones sean tú quien

los desee, los conquiste y de ese

modo los poseas por tí mismo (....).

Te coloqué en medio del mundo

para que pudieras contemplar

mejor lo que el mundo contiene.

No te he hecho ni celeste, ni te-

rrestre, ni mortal, ni inmortal, a

fin de que tú mismo, libremente, a

la manera de un buen pintor o de

un hábil escultor, modeles tu pro-

pia forma

5

.

Esta cita concentra el es-

píritu de la mentalidad

renacentista, previa a la revo-

lución copernicana, cuando

el hombre todavía se conci-

be en el centro del universo,

e ilumina el devenir de los

personajes. A través de la his-

toria trágica de Zenón, se

desarrolla el mundo de rela-

ciones sociales cambiantes

que se gesta entre la Edad

Media y el Renacimiento, y

en el que predomina el

oscurantismo intolerante de

los sectarismos religiosos y

los fanatismos. Zenón el

inconforme es el hombre que

indaga, el que se asombra en

la búsqueda de la verdad,

pero el que también des-

confía de las palabras y de las

glorias mundanas. Tendrá la

fría tranquilidad del médico

ante la carne y los prejuicios

que la condenan, y la ambi-

ción transformadora del al-

quimista, siempre presto para

descubrir, probar y ensayar

de qué materia están hecha

la vida y los seres que lo ro-

dean. En esa medida, Zenón

condensa una filosofía prác-

tica respecto de sí mismo y

de las relaciones personales,

dilucidando los móviles que

guían las conductas de los

prelados, los dogmáticos,

campesinos o comerciantes

de un universo habitado por

casi cuatrocientos personajes

de los más variados oficios.

Algunos críticos, como J.

Blot (1990), señalan que las

técnicas literarias de M.

Yourcenar, más allá del puro

artificio histórico de situar

sus argumentos en épocas

pasadas, apelan a los mitos

culturales universales. Así,

la

serenidad que muestra

Adriano en la última etapa de

su vida resucitaría en el lec-

tor el mito del hombre sólo,

que luego de haber recurri-

do a los placeres y los pode-

res más diversos, es capaz de

cristalizar la imagen madura

de la senectud, acompañada

de toda la carga cultural que

significa el legado griego y

romano, tan caro a la sensi-

bilidad de occidente. En

Opus

Nigrum,

Zenón ilustra otro

carácter. Representa la mi-

tología de lucha y fracaso del

hombre renacentista –o de

cualquier persona– que cree

encontrar la libertad a través

del conocimiento, pero que

termina naufragando frente

a la irracionalidad de las fuer-

zas sociales. Mientras Adria-

no está en el poder y tiene la

fuerza para actuar aún a pe-

sar del peligro, el destino de

Zenón, en cambio, es som-

brío. No tiene la idea griega

de la dicha fácil, o de la gran-

deza y la felicidad, porque el

vértigo desengañado de su

época ya no lo permite, su

dignidad consistirá en resis-

tir al desastre.

LA VITAL NECESIDAD

DE SENTIRSE EN OTRA

PARTE

Trazar una semblanza de

la escritora no puede sosla-

yar la importancia que los

viajes tuvieron no sólo en la

biografía, sino también en la

obra de M. Yourcenar, pues-

to que desarrolló una filoso-

fía propia respecto a la expe-

riencia de viajar. Repitiendo

lo dicho por la autora, una se

escapa de la rutina gracias a

la cultura, pero también por

los viajes. Desde los albores

de la civilización, el despla-

zamiento de los pueblos ha

expresado no sólo necesidad,

sino también aventura y ries-

go. Los mercaderes de las mil

y una noches, los tránsfugas

de los imperios, los conquis-

tadores ambiciosos o los pe-

regrinos religiosos han sali-

do de la ignorancia de los

confines para encontrar lo

desconocido y aprender, vo-

luntaria o involuntariamente,

de la experiencia. Instrucción

y gozo por la vida es lo que

3

Yourcenar, M. (1984)

Memorias de

Adriano.

Seix Barral : Bogotá. pp. 21.

4

Goslar, M. (2002)

Marguerite

Yourcenar. Qué aburrido ser feliz.

Ed. Paidos : Argentina. pp. 193.

5

Yourcenar, M. (1995)

Opus

Nigrum.

Santillana S.A (Alfaguara) :

Madrid. pp.s/n.

Ministro de RREE con el Presidente de México López Mateos en el Museo de Magdalena. 1958.

“A través de Adriano, M. Yourcenar escruta las pasiones y

decisiones del hombre político que percibe y teme la muerte de la

sociedad que lo ha engendrado, que asiste al descrédito de sus dioses

protectores, y que sin embargo conserva la fe hacia la cultura y la

civilización alcanzadas por la razón humana”.