LIBROS & ARTES
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gobierno debe administrar
con astucia las complejas
intrigas cortesanas y milita-
res que lo sostienen. A tra-
vés de Adriano, M. Yource-
nar escruta las pasiones y
decisiones del hombre polí-
tico que percibe y teme la
muerte de la sociedad que lo
ha engendrado, que asiste al
descrédito de sus dioses pro-
tectores, y que sin embargo
conserva la fe hacia la cultu-
ra y la civilización alcanza-
das por la razón humana.
Una muestra de esta búsque-
da de sentido que Yourcenar
expresa a través de
Memorias
de Adriano
, es el momento en
que el emperador, sólo fren-
te a sí mismo, trata de exa-
minarse, definirse y conocer-
se mejor antes de morir:
Como todo el mundo, sólo tengo a
mi servicio tres medios para eva-
luar la existencia humana: el es-
tudio de mí mismo, que es el más
difícil y peligroso, pero también el
más fecundo de los métodos; la
observación de los hombres, que
logran casi siempre ocultarnos sus
secretos o hacernos creer que los
tienen; y los libros, con los errores
particulares de perspectiva que
nacen entre sus líneas
3
.
Revivir una época con
cierta objetividad y rigor his-
tórico hicieron de
Memorias de
Adriano
un libro difícil de cla-
sificar entre la novela y el
ensayo. La misma M. Yource-
nar mientras coordinaba con
su editor, dudó en calificarlo
en uno u otro género, aun-
que la convención literaria
que se ha ido construyendo
alrededor del libro en las dé-
cadas siguientes suele situar-
lo en el campo de la ficción.
Las declaraciones posteriores
hechas por la autora revelan
el laborioso proceso de cons-
trucción del personaje, a fin
de desechar aquello que no
consideraba pertinente para
él ni para la historia narrada:
Este libro me ha enseñado hasta
qué punto soy capaz de juzgarme
a mí misma. Por ello, no entien-
do, naturalmente, que haya que
remitirse a un sistema de referen-
cias, emitir un juicio moral, sino
subdividir, establecer relaciones,
especies, ver en el conjunto, y desde
arriba, la propia vida
4
.
Publicado en Francia en
1951, el libro se convirtió
pronto en un éxito, con pos-
teriores reediciones a nivel
mundial. Su siguiente libro,
como la mayoría de textos
de M. Yourcenar, también
tuvo una larga gestación que
parte de uno de sus relatos
cortos publicados en 1934 (
A
la manera de Durero
), y que lue-
go retomará para trabajar en
un texto más complejo hasta
llegar a la novela
Opus Nigrum
(1968). El argumento gira en
torno al personaje Zenón, un
médico y alquimista que se
debate continuamente entre
la seguridad y la libertad, un
dilema del siglo XVI o del
XXI. Zenón encarna el des-
tino de Adán, o de cualquie-
ra de sus descendientes, arro-
jados fuera de la utopía del
paraíso original y empren-
diendo el camino iniciático
para encontrar su propio ros-
tro en confrontación con el
mundo, tal y como lo ilustra
el fragmento de Pico de la
Mirándola colocado a modo
de epígrafe al comienzo de
la novela:
No te he dado ni ros-
tro, ni lugar alguno que sea pro-
piamente tuyo, ni tampoco ningún
don que te sea particular, ¡oh,
Adán!, con el fin de que tu rostro,
tu lugar y tus dones sean tú quien
los desee, los conquiste y de ese
modo los poseas por tí mismo (....).
Te coloqué en medio del mundo
para que pudieras contemplar
mejor lo que el mundo contiene.
No te he hecho ni celeste, ni te-
rrestre, ni mortal, ni inmortal, a
fin de que tú mismo, libremente, a
la manera de un buen pintor o de
un hábil escultor, modeles tu pro-
pia forma
5
.
Esta cita concentra el es-
píritu de la mentalidad
renacentista, previa a la revo-
lución copernicana, cuando
el hombre todavía se conci-
be en el centro del universo,
e ilumina el devenir de los
personajes. A través de la his-
toria trágica de Zenón, se
desarrolla el mundo de rela-
ciones sociales cambiantes
que se gesta entre la Edad
Media y el Renacimiento, y
en el que predomina el
oscurantismo intolerante de
los sectarismos religiosos y
los fanatismos. Zenón el
inconforme es el hombre que
indaga, el que se asombra en
la búsqueda de la verdad,
pero el que también des-
confía de las palabras y de las
glorias mundanas. Tendrá la
fría tranquilidad del médico
ante la carne y los prejuicios
que la condenan, y la ambi-
ción transformadora del al-
quimista, siempre presto para
descubrir, probar y ensayar
de qué materia están hecha
la vida y los seres que lo ro-
dean. En esa medida, Zenón
condensa una filosofía prác-
tica respecto de sí mismo y
de las relaciones personales,
dilucidando los móviles que
guían las conductas de los
prelados, los dogmáticos,
campesinos o comerciantes
de un universo habitado por
casi cuatrocientos personajes
de los más variados oficios.
Algunos críticos, como J.
Blot (1990), señalan que las
técnicas literarias de M.
Yourcenar, más allá del puro
artificio histórico de situar
sus argumentos en épocas
pasadas, apelan a los mitos
culturales universales. Así,
la
serenidad que muestra
Adriano en la última etapa de
su vida resucitaría en el lec-
tor el mito del hombre sólo,
que luego de haber recurri-
do a los placeres y los pode-
res más diversos, es capaz de
cristalizar la imagen madura
de la senectud, acompañada
de toda la carga cultural que
significa el legado griego y
romano, tan caro a la sensi-
bilidad de occidente. En
Opus
Nigrum,
Zenón ilustra otro
carácter. Representa la mi-
tología de lucha y fracaso del
hombre renacentista –o de
cualquier persona– que cree
encontrar la libertad a través
del conocimiento, pero que
termina naufragando frente
a la irracionalidad de las fuer-
zas sociales. Mientras Adria-
no está en el poder y tiene la
fuerza para actuar aún a pe-
sar del peligro, el destino de
Zenón, en cambio, es som-
brío. No tiene la idea griega
de la dicha fácil, o de la gran-
deza y la felicidad, porque el
vértigo desengañado de su
época ya no lo permite, su
dignidad consistirá en resis-
tir al desastre.
LA VITAL NECESIDAD
DE SENTIRSE EN OTRA
PARTE
Trazar una semblanza de
la escritora no puede sosla-
yar la importancia que los
viajes tuvieron no sólo en la
biografía, sino también en la
obra de M. Yourcenar, pues-
to que desarrolló una filoso-
fía propia respecto a la expe-
riencia de viajar. Repitiendo
lo dicho por la autora, una se
escapa de la rutina gracias a
la cultura, pero también por
los viajes. Desde los albores
de la civilización, el despla-
zamiento de los pueblos ha
expresado no sólo necesidad,
sino también aventura y ries-
go. Los mercaderes de las mil
y una noches, los tránsfugas
de los imperios, los conquis-
tadores ambiciosos o los pe-
regrinos religiosos han sali-
do de la ignorancia de los
confines para encontrar lo
desconocido y aprender, vo-
luntaria o involuntariamente,
de la experiencia. Instrucción
y gozo por la vida es lo que
3
Yourcenar, M. (1984)
Memorias de
Adriano.
Seix Barral : Bogotá. pp. 21.
4
Goslar, M. (2002)
Marguerite
Yourcenar. Qué aburrido ser feliz.
Ed. Paidos : Argentina. pp. 193.
5
Yourcenar, M. (1995)
Opus
Nigrum.
Santillana S.A (Alfaguara) :
Madrid. pp.s/n.
Ministro de RREE con el Presidente de México López Mateos en el Museo de Magdalena. 1958.
“A través de Adriano, M. Yourcenar escruta las pasiones y
decisiones del hombre político que percibe y teme la muerte de la
sociedad que lo ha engendrado, que asiste al descrédito de sus dioses
protectores, y que sin embargo conserva la fe hacia la cultura y la
civilización alcanzadas por la razón humana”.