

LIBROS & ARTES
Página 12
UNO
Se sienta en el piso de la galería desierta,
se abraza las rodillas, contempla
cada uno de sus lienzos (meses
de pinceladas menudas vueltas a cubrir
por otras pinceladas menudas),
me pregunta ansiosa y aterrada: ¿y ahora
que voy a pintar?
No estaba vacía,
sólo se había cerrado por un momento
la región donde la realidad oscila
entre lo arcaico y la utopía, entre
el pasado remoto y el futuro deseado.
En los lienzos estaban los personajes
no conocidos, pero tampoco desconocidos.
No le dije:
Hay cosas conocidas y cosas desconocidas,
en medio
se encuentran
The Doors
(Jim Morrison).
Ella dijo: no soy onírica. ¿Has ido
a las Lomas de Lachay en invierno? Las rocas
y los árboles, entre la neblina, parecen salir
de tu cabeza dormida, pero puedes golpearte
contra una piedra y sangrar de verdad, puedes
trepar a los árboles
y abrazar con las piernas
las ramas desnudas,
y nada es de sueño.
Tampoco soy arbitraria
ni caprichosa ni odiosamente intelectual:
no soy surrealista entonces. Me desvelo
por pintar la realidad que uno puede alcanzar.
La realidad es lo que uno puede alcanzar
o imaginar.
Vámonos, ya se acabaron las filiaciones,
vámonos
que el guardián está impaciente por cerrar.
DOS
Riega helechos
en el pequeño patio soleado, con cielo
de una esfera más optimista. De pronto dice:
¿por qué asocian sordidez con inteligencia?
He visto estudiantes de arte
dibujando carne sin pellejo, carne
viva, a lo Bacon, y creyendo
que van a entregar
la gran revelación:
nuestro centro es así, revulsivo
- dicen.
Debe ser la inocencia
o el mal perfume que han dejado los viejos.
Ninguna esperanza de artista debe ser fácil.
Yo prefiero el arte
que escamotea el dolor.
Nunca lo olvides -dijo Kobayashi Issa-
paseamos encima del infierno
contemplando las flores.
Hay que pintar con dura alegría las flores
y todo lo que esté encima de ellas.
Helechos, sólo riega helechos porque
dice que son
de la edad primaria de la tierra.
TILSA (CONVERSA
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