en actividad. Siguióse luego una detonacion sorda
que el eco repitió en los montes inmediatos. Cnsi
á
un mismo tiempo se clan estos polvorazos en toda
la línea: estas detonaciones, que se suceden
á
cor–
tos intérvalos, imitan un ver<lrrdero bombardeo.
El curioso que va
á
presenciar los trabajm;, cor-
re entónces el ligero peligro de ...... ser aplastatlo!
Como bien se
comprend~,
la cantidad ele pólvora
que se ha consumido en la obra ha sido inmensa,
y
durante un solo dia se emplearon cuatro mil bar–
riles en minar los cerros .
Mientrns que
á
la hora, determinada, toélos los
trabajadores se retiran
á
sus casas, los mineros en
número mas reducido
1
vienen
á
reemplazarlos en
el trabajo
y
pasan en él to<la la noche formando
nuevos piques. Los polvontzos continúan,
pue8, ·
hasta la manana del dfa siguiente: en uno de ellos
se gast(l,ron nada menos que cuatrocientos barrileH
de póh orn. El Jefe de la seccion ele
U
churnayo,
señor vVilliams es, por otra parte, un horn
lJre
acostumbrado
á
este género de diversiones , ha–
biendo serviclo en el ejercito <lo
108
Esta-Llo8 Uni–
<..los
duran te
la
ú
1
tima guerra. civil.
~l
campamenLo ,
ó
faena ,
oc halla
siLua(lo
en
uua planicie ári<la ro<.leacla de cerrns : un edifiuio
t1
e
madera
<1
uc
oGupan
el
Jefe
y
los
e rn pl eado ti,
preside
á
este pueblo provi siona l. La s
c.a t:: a s ~
en
au
mayor parte de carrizo
y
toLora,
al g unas
<l e .
lll<tllera
y
otrao
de zaraza
simµleme ute,
funnan
do~ hermosa~
calles.
'J'mnpouo
fa.Hatill
pla L'.i o leLa.
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uamµamenLo , tan t rit; t e
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1
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g ran anímauion d er) <.l e la r) einuo
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el e la tard e ,
honts e n que h> r; op e r a ri o:·
regres~.n
<l el t r a bajo .