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armonía entre los trahnjarlores ele diversas
n~do
nalidades. Si es cierto que cuando los cnrriloros
toman licor no se detienen ante ningun exceso, no
lo es menos que, estando sanos, son unos
nino,
(
co–
mo ellos mismos se llaman) honrados
y
sumisos.
Lo único que no hn podido evitnrse hasta ahorn
es el juego, al que se entregan constantemente los
rotos.
Como tambien nos chocase en sumo
gnulo
esta palabra de rotos que oiarnos repetir por
to–
<las partes, preguntando su significado, se nos dijo
que se conocia en Chile bajo esa, denominacion
ú,
la parte jornalera mas pobre
y
menos instruida del
pueblo
y
que, posteriormente, ese epíteto insul–
tante se babia introducido al Perú: entre noso–
tros, donde no existen tales clasificaciones, esa par–
te de la sociedad está comprendida en la e ..,r pre–
sion general de pueblo,
y
felizmente no hay una
palabra equivalente
á
la que hemos mencionado.
-El verdadero roto, nos decia nno de los em–
pleados, tiene sus hábitos
y
costumbres aparte:
juega sin descanso todo el dinero (rue gana, aun
cuando acabe por perder los pantalones, toda, la ro–
pa
y
hasta. la frazada con que se cubre. Inútil es la
compasion, porque si se le da. un vestido, preciRa–
mente lo juega por la noche, lo pierde
y
se qued&–
otra vez des nudo . ¡Es incorregible! Como puede
dormir sobre el duro suelo, á l::t intemperie
y _
re–
sistir mil otras privaciones, nadie lo puede expli–
car-es un misterio de la naturaleza. Si cae
en~
fermo, entrn al hospital
y
allí. recibe vestidos
y
ali–
mento.
----Pero en
cambio de
e,
tof , defecto
tendrá
co..