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~40~

mo sucede comunmente, algunas buenas cualida–

des?

-Ciertamente. No he mostrado

á

U. sino el

r e verso de la medalla, me falta descubrirle el an–

verso. A pesar de la vida que lleva, el roto no de–

ja ,de tener cierto valor y cierta delicadeza. Es ze–

loso en defender

á

su patria, sin embargo de que

nllá no le tra tan muy bien. Constante para el tra–

b~jo ,

nunca l e hacen retroceuer las fatigas: trabaja

. s in

dese~

nso hasta dar término á

~u

tarea, y no

necesita un mayordomo que le vigile constante–

mente y le castigue. Si no tiene mucha moralidad,

si sus costumbres no son muy <;at6licas que diga- .

mos, posee un cuerpo de fierro y una sumision á

toda prueba. Cuando tiene mujer

é

hijos, el roto

deja de ser tal y se convierte en un trabajador

honrado.

-Y los desórdenes que á veces practican ..... .

-Reconocen <los causas: el licor que algunos

comerciantes introducen á las faenas, burlando la

vigilancia ele la policía, y el juego que nunca

abandonan. Se debe á esta última circunstancia

q ne uno de los artículos de mayor consumo en los

campamentos ha sido el naipe, calculándose la im–

pórtacion de naipes, desde que principiaron los

trabajos hasta la fecha , es decir, durante dos años

y

meses ~

en la enorme suma de cuarenta

á

cin–

cuenta mil soles, segun el cálculo de los mismos

especuladores:

<<Y si, lector, dijerdes ser comento,

Como

me lo

contaron,

te

lo cuento.»