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trarios, en
fin,
ese trabnjo continuo en nrndio de
la quietud aparente del desierto, eran otros tnntos
motivos de sorpresa
y
de placer para nosotros.
Esos montones de arenn,, que
á
los ojos del vul–
go nacht signi fic'n,n
y
solo sirven para borrar cons–
tantemente los carninos pm:indicando
á
los viaje–
ros, son por lo contrario, objeto de curiosidad para
el hombre de meaiana inteligencia , in s piran al poe–
tn,
y
al arti s ta
y
m erecen
nn
estudio especial.
Creemos que no seria difícil ca1cula.r, despues de
algunn,s observaciones, el tiempo que dura la for–
maci0n d e un m é dano de sois
á
ocho metros de al–
tura
y
la dÍ stan cia que recorre en un número de
años determinado ,
hm:ita
llegará
Ja
<]uehrac1a de
Huasanrn.yo,que lii'nita
ln,
pampa por el Oriente
yque ·es como una inmensa barrera formada por
la na tu raleza , donde se estrellan los méclAinos
1
no
presentándose ya otro nJguno en el camino d e
\_req
ui
pa.
Apropó...:ito el e la marcha con stnnte t1 e estos ha–
biLantes d e l <1 esi.erLo hácin la quchnu1a d o H umm–
rni-Lyo,
nos r e firió
el
du eño
a el
tarnho el e La
.foyn,
un easo basLan t e
curiooo .
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ano l1e 18-)6,
e turn<1o
el l\fa.riseal CasLilb
pasaba
con
s n ejér ei
t o por
esas so lecla ll es
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