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lujo
<lond o tuy o s n o rige 11 ,
y·
de un p
recio ínfimo donde ha sido aclirnatado! 'I'r·es
años do
epidém.iaen esta sementera han contribuido
á producir este fenómeno.
4~
Los vegetales verdes comi.e·nzan
á
ser abundan–
tes
en nuestro mercado, gracias
á
la inteligencia
y
laboriosidad do los horticultores estranjeros, (italia–
nos, franceses .y alemanes);
y
aunque ellos no con–
tienen una
~gran
cantidad de alimento sólido, el
agua de vejetales que encierran, rica en sales, prin–
cipalmente de potasa, prestan un poderoso contü1-
gente
á
la alimentacion mineral, de que tienen
necesidad nuestros órganos. Es
por
tanto muy con–
veniente a.gregar
á
cualquier régimen alimenticio,
una parte de vejetales verdes.
5~
No hemos hecho mencion en el cuadro ante–
rior, de las frutas. Su alto precio, comparado con la
poca cantidad de materia alimenticia que contienen,
nos excusa de esa tarea. Podemos decir de ellas, res–
pecto
á
las ventajas de su uso en moderadas propor–
ciones, lo que hemos dicho de las vejetales verdes.
Haremos, sinembargo, una excepcion del plátano.
Igual al arroz en su poder nutritivo, se produce con
facilidad en toda la costa,
y
es inesplicable como no
se presta mas atencion á su cultivo, que no necesita
grandes cuidados,
y
que es una planta que resiste
bien las influencias atmoféricas.
6~
Las carnes de vaca de primera clase y la de
chancho, son en la actualidad de un precio bastante
elevado, y fuera por consiguiente, Ldel alcance del
pobre; pero las de segunda y tercera, la carne seca
(~
charqui, y principalmente las menudencias de la
res, hígados, pulmones, corazon, triperia
&.ª
uni–
dos á ciertos granos y
á
las leguminosas, pueden
formar una &.limentacion sustanciosa
y
barata.
No hablaré de ]a eonveniencia de introducir en
nnestro mercado, la carne de llama y de caballo: la
primera se usa ya
en
muchos puntos del interior de
]a República: su gus
to y calidades nutritivas le
abren las puertas del merca.do. La segunda, es de-