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DE MI TIERRA

EHas son el consuelo en nnestras triln1laciorrns: <le

eHas

parte. el soplo benefico que enciende la llama de nues–

>tras

pasion~s

nobles:

a

las manos cle ellas debemos el

.a1i\·io

en nnestras enfermedades:

~a

humanida:d tiene

en ell as nn

~stro vivifi~a<tlor

que fecnn<il.a .l-0>s jfamenes

de la felicidad.

~y

en ·nosot.ros ,qne ti-ene?

~Que

son rmestra.s ami- .

gos? S.i

m:es

clerigo,

tt:I

ani.igo clerigo te deseara todo,,

meuos

la

canong.ia.

vacante.

Si

sois ambos literatos,

una obra

tu.ya

aplaudida. seri para

eJ

trn

t6sigo que le

·devorara las entranas. Si ems d.·ic0, ningun elllcargo

tnyo dese!Jilpeiiara .eon mas gusto que

e~

de

.tt;1

alba:eea..

Y

t6mese

en

conjtmto

.a

tocila

nuestra raza masculina.

Nosotros somos

~nb-pref~ctos

y

hacemos jemir una

provincia bajo la mas horrible tirania, que es la tirania

de los subalternos. Somos jueces,

y

eon an

vista:~

(quc·

no son

vistas

·sino

·oidos,

porqne quie.n los

ve

es el re–

lator)

d~jamos

por puertas

a

una

v~uda

honra.da

,

y

des–

pachamos

a

un infeliz al otrn mundo, porque asi se le

ant~j0

a

las Majestades de Alfonso

6

de Felipe. Sornos

abogados,

y

sembram0s

.Ja

discordia

fm

las

familias,

y

vi–

c'iamos la

logic~,

y e0rrompemos el bnen gusto, y acaba._

mos con el pobre idioma castellano, que,de todos los go–

dos perseguidos,es el qne mas larga

y

mas encarnizada

persecucion ha sufrido en nuestras grescas re,,o]nciona–

rias. Sornos represeotantes del pneblo,y ·sacrificamos 1os

i ntereses de

SU

M

ajestad Popular

a

nnestro bolsi.llo,

a

:nuestro vientre,

a

nuestras pasiones. El capricho de

un hombre anega

a

un P.ueblo en sangre: la ira de una

rnujer se apacigua como restablece el 6rden el Presi–

dente de la Camara de Diputados de Francia, ponien–

dose el sombrero.

Los q ue no reconozcan estas verdades, los que

pregoncn sn abornin acion al sexo encantador,

mien~en ,

coma

minti6 Larra, el cclebre escritor de nnestros d1as,

el inimitable Figaro, que en todos sns escritos se

c0m ·–

placia en cieclamar contra las mujeres,

y

al fin

y

al pos–

tre saii6 lev a1"ltandose la tap a cle los sesos de un pisto–

letazo, por una mujer.

Diran los clasicos que Psto le pegaa un articulo sabre

paseo de Amancaes, lo mismo que

:i

un militar de nues–

tros tribunales mistos firmar una

sentencia,

que sc

apoya