ru, después
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muerte.
r:sta misión in;gtoriosa la desern.
peñó Pedro de Angelis, calificándolo de
impostor, así como
también apócrifo el título que se daba de quinto nieto del úl–
timo
E!!!pera~or ~e!
Perú. Y, para mayor claridad, a continua–
ción van las propias palabras de Anigelis, copiadas literalmer._
te de su ".Colección de obras y documentos relativos a la his–
toria íde las provincias del Río de la Plata", tomo IV, pági–
na 272.
(Buenos Aires-1900):
"Sólo se perdonó la vida a un niño de once años, hijo de
José Gabriel Túpac Amaru, que después de haber presencia–
do el suplicio de sus padres y deudos, fu.é remitido a España,
donde falleció poco después. Así que debe tenerse por apócri–
fo el título de quinto nieto del último Emperador del Perú, que
asumió Juan Bautista Túpac Amaru, para conseguir del Go–
bierno de Buenos Aires una pensión vitalicia. . . El título del
folleto que este impostor publl_có en Buenos Aires, es: .. El di–
latado cautiverio, bajo el gobierno español, de Juan Bautista
Túpac Amaru, quinto nieto del último Emperador del Perú."
Y aquí vamos a
rectificar los errores y a destruir las fal–
sas aseveraciones del acápite anterior.
Fueron dos
(y no uno, como afirma Angelis)
los hijos de
José Gabriel Túpac Amaru que entonces escaparon de la muer–
te: Mariano y Fernando. En 18 de Mayo de 1781, día del ho–
rrendo martirio del Gran Caudillo, .Mariano conta0a 16 años,
y Fernando, testigo de la sangrienta tragedia de ese día, ape–
nas tenía 9 años. Y los dos fueron condenados a presidio en
España. El niño Femando cumplió los once años, cuando
lv
embarcaron, rumbo al destierro, para las cárceles españolas. Y
además de estos dos niños, también escapó de la terrible carn i-
1cería Juan Bautista Túpac Amaru, como se verá más adelante.
Por otra parte, no es verdad (como afirma Angelis) que Fe r–
nando "falleció poco después" de llegar a España. Esto hubiera
sido una suerte para el desventurado niño.
¡Mu.cho, mucho su–
frió este inocente!
En Setiembre de 1787, en Cádiz, cuando solamente contaba
quince años y sufriendo ya "cuatro años y medio" de prisión
rigorosa, desde los "húmedos calabozos" del Castillo de Santa
Catalina, desnudo y hambriento, "consumido de miseria", eleva
al Rey una solicitud, implorando clemencia ...
Este documento que copiamos en s·eguida, da una idea de lo.
que sufrió ese niño mártir y de , lo. que fu,é
la justicia espa–
ñola en los tiempos de su dominio en América. Y aquí la dicha
solicitud:
"Su Sacra Real Majestad.-Señor :-Fernando Túpac Amaro,
natural del pueblo de Pampamarca, provincia de Tinta en los
Reinos del Perú, preso en el Castillo de Santa Catalina, puesto