77
en la que tuvo varios hijos, siendo el mayor de éstos Juan Bau–
tista Túpac Amaru.
Y muertos los hijos de José Gabriel Túpac Amaru, y muerto
también su hermano Diego Cristóbal, claro es que le corres-
1pondía a Juan Bautista Túpac Amaru la sucesión del mayoraz–
go, con todos sus títulos y prerrogativas.
Y ahora cabe preguntar: ¿quién es el impostor? ... ¿Acaso
juan Bautista Túpac Amaru, el héroe-mártir, que usó legítima–
mente ·el título de "quinto nieto" del último Emperador perua–
no, o Pedro de Angelis que, difamando, adultera la Historia?
¿Y quién es Pedro de Angelis?. . . Fué un periodista napo–
litano que apareció en Buenos Aires en 1827, in.gresando a la
redacción de los iperiódicos prindpales. Dos años después se
convirtió en defensor incondicional del tirano Rosas, quien pre–
mió su adhesión nombrándole Director del Archivo General de
La
Nación, d·onde "cometió la osadía de sustraer valiosos docu–
mentos que después vendió al Gobierno del Brasil, documentos
que actualmente se conservan en la Biblioteca Nacional de Río
Janeiro", según lo ha comprobado el erudito historiador José
Torre Revello en su importante artículo "El Archivo General de
la Nación Argentina", publicado en la "Revista de Historia de
América", de Méjico, del mes de Marzo de 1938.
Tal fué Pedro de Angelis. . . Si éste no tuvo escrúpuilos para
vender los valiosos tesoros confiados a su custodia, sustrayén–
dolos, ¿qué le podía impedir para sustraer la gloria y la legi–
timidad de sus títulos a Juan Bautista Túpac Amaru, difamán–
dolo? ...
Según las palabras de Angelis, el Juan Bautista
Túp.acAma–
ru que, iprocedente de Es.paña, arribó a Buenos Aires en Oc–
tubre de 1822, no era juan Bautista Túpac Amaru, ni era her–
mano del Gran Caudillo José Gabriel Túpac Amam; más cla–
ro, era un "impostor" que, para conseguir una pensión vitali–
cia del Gobierno argentino, desempeñaba un falso . papel, apro–
P.iándose de ajena perso·nalidad; porque (según Angelis) los .pa–
rientes más cercanos de José Gabriel Túipac Amaru todos fue–
ron s.acrificados con él, a excepción del niño Fernando.
Si bien es verdad que con el Gran Caudillo recibieron el úl–
timo suplicio su madre, esposa, hijo, tíos y primos, existen do–
cumentos oficiales que prueban sólidamente que Juan Ba·utista
Túpac Amaru (hermano de José Gabriel) salvó el cuello de las
.garras españolas. Estos documentos que se
conserv.anen el
Archivo General de Indias de Sevilla; sección Audiencia del Cuz–
co, legajo 32, forman un cuaderno de 22 páginas, bajo el título
de "Autos contra Juan Tupa Amaro", y que insertare'.':los más
adelante ...