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En la ses1on del

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de Julio el Dr. Castro Barros sostuvo

"que el sistema monárquico constitucional era el más favora–

ble a la conservación y progreso de la Religión Católica, y el

menos sujeto a los males que afectan a los demás, que .sentada

esta base, el orden heredit ario era preferido al electivo, •y que

en consecuencia debían ser llamados los Incas al trono de sus

mayores, del que habían sido despojados por la usurpación de

.los reyes de España".

(Bartolomé Mitre. Historia de Belgrano

y

de la Independencia Argentina, tomo 11, capítulo XXVII. (Bue–

nos

Aires-1887).

La restauración del Imperio de los Incas

tu.vo

grandes pun–

tales y pequeños adversarios que, sin emba

rgo, s

e impusieron.

En

12

ele Julio de

1816

Manuel Belgrano escribía a Puey–

rredón, el Director Supremo lo siguiente:

"Todavkt el .punto principal no está declarado, para que se–

pamos con qu:é gobierno se sostiene; y si con arreglo a las cir–

cunstancias así físicas como morales que caracterizan nuestro

País, se adaptase el monárquico constitucional, si sería la Casa

·de los Incas la que debía representar la soberanía nacional, úni–

ca por que anhelo."

En carta de

22

de Julio de

1816

José de San MQ.rtín escribía

a Godoy Cruz en estos términos:

"Ya digo a Laprida lo admirable que me parece el plan de

un Inca a

la cabeza: las ventajas son geométricas; .pero por,

la Patria les suplico no nos metan una regerencia de personas;

en el momento que pase de una todo se paraliza y nos lleva

al diablo ... "

Después Belgrano el 27 ·de Julio, al reunir la milicia de Tu–

cumán para que jurara la Independencia, en la proclama que

a ésta dirigió, entre otros conceptos dijo lo que sigue:

"He sido testigo de las sesiones en que la misma soberanía

ha discutido acerca de la forma de gobierno con que se ha de

regir la Nación, y he oído discutir sabiamente en favor de la

monarquía constitucional, reconociendo la legitimidad de la re–

presentación soberana en la Casa de los Incas, y situando el

asiento del trono en el Cuzco, tanto que me parece se rea liz a–

rá este pensamiento tan r.acional, tan noble y tan justo con que

.aseguramos la loza del sepulcro de los tiranos."

Y a los ·pocos días después, el 2 de Agosto, el mismo Belgra–

no dirigió una proclama a los Pueblos del Perú, diciénd oles:

"Os he hecho saber y os he enseñado las causas

y

razones

por que peleamos. Ya está resuelta, escrita y ju

1

rada nuestra

separación e independencia, arrancándola lile las manos

Y

poder

de esas bestias. Ya nuestros padres del Congreso han resuelto

revivir y reivindicar la sangre de nuestros Incas para que nos

gobiernen. Yo, yo mismo he oído a los padres de nues tra Pa-