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trasladar la sede del Gobierno al interior del Perú y restable–
cer
si era posible, la antigua monarquía de los Incas" ...
Por el mes de Julio, Be!gr.ano se presentó en Tucumán
ry
allí
observó que casi todo el Congreso era monarquista "y que po–
día contar en su seno con una gran mayoría, en favor de sus
ideas políticas, especialmente 'entre los diputados del Alto Pe–
rú, afectos a su persona y partidarios de la Dinastía de los In–
cas. . . En cuanto al establecimiento de un sistema monárqui–
co constitucional, San Martín no era antipático a él; y aunque
republicano por inclinación y por principios, consideraba muy
difícil y poco fructífero el establecimiento de un orden demo–
crático. . . Así es que, no estaba distante de aceptar la com–
binación de la restauración de la Casa de los Incas; pero no
como un fin, sino como un medio, organizando bajo sus .aus–
picios un a regencia unipersonal que rodease a la autoridad de
más facultades y de más prestigio. . . Así en uno de los mo–
mentos más so lemnes de
la historia argentina, San Martín
Y
Belgrano se haUaron al lado del Congreso de Tucumán, incul–
cándole su espíritu, excitándole a declarar la Independencia,
Y
le prestaron el apoyo de su nombre y de su espada, participan–
do de las mismas ideas políticas; con la diferencia de que, en
Belgrano,
las convicciones monarquistas eran hijas del senti–
miento, y en San Martín eran producto de la reflexión".
Y el 6 de Julio de 1816 Belgrano se presentó ante el Con–
,greso de Tucumán en sesión secreta.
"Y allí después de se–
sudas ap reciaciones sobre el estado de la política europea de–
claró que en su concepto la forma de gobierno más convenien–
te para estas provincias s ería la de una monarquía temperada,
ll amando
la Dinastía de
los
Inc as, por Ja
justicia que en sí
envuelve la restitución de esta Casa
tan
inicuamente despo–
jada del
trono; a cuya sola noticia' estallará un entusiasmo
•gene ral de los habitantes del interior".
Sobre este hecho memorable Belgrano es·cribía des-de Tucu–
rnán, a Rivadavia un a car ta, en 8 de Octubre de 1'816,
y
en uno
de sus acápites le decía: ..El Congreso me llamó a una sesión
secreta, y me hizo varias preguntas. Yo hablé me exalté, lloré
e hi ce llorar a todos a l cons iderar la situación' infeliz del País.
'Les hablé de monarquía constitucional, con la representación so–
berana de la Casa de los Ineas: todos adoptaron la idea".
El _12 de Juli o,
~ re~
días después de proclamada la Indepen–
dencia de las provincias de la Uni ón, presentó al Congreso el
diputado Acevedo una moción sobre la forma de gobierno que
debía adoptarse, "pronunciándose por su parte en favor de la
monarquía temperada, bajo los ausp ici os de la Dinastía de los
I neas, con designación <le
la Ciudad del Cuzco para sede de
la proyectada monarquía".
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