75
tres días que anduvo
libre, hasta que por sí mismo se hizo
presente, bajo la ·Certera confianza de su inocencia y en la bon–
dad piadosa de V. M., y jura a Dios nuestro Sei1or y a una se–
ñal de ·Cruz, ser verdad todo lo que lleva referido. Castillo de
Santa Catalina y Setiembre 7 de 1787.".-Fernando Túpac Ama–
ro". (Archivo General de Indias de Sevilla. Sección Audiencia de
Lima, legajo 1049).
-
Del documento de este nii1o
info rt unado, que acabamos de
leer, no solamente es suya la letra, sino tambi én s u contenido,
·pues según ·consta de documentos insospechables, "tenía talen–
to y era de una precocidad extraordinaria".
Este documento más que una súplica envuelve un repro che
arrojado al rostro del Rey de Esp.aña, Carlos II 1...
Calderón de la Barca no haibría escrito mejor estas líneas
emocionantes del nii1o Fernando Túpac Amaru:
"He sido remitido a disposición de Vuestra Majestad, sin más
causa que el ser hijo de José Gabriel Túpac Amaru. . .
sin más
conocimiento del Mundo que el de correr tras de las maripo–
sas ... y sin otro delito qu.e el del haber nacido."
Las incesantes desventuras de este inocente, como las de otros
nii1os peruanos, víctimas de los conquistadores espai1oles,
las
haremos conocer, con
los documentos oficiales respectivos, en
uno de nuestros próximos tomos, bajo el título de "Nii1os Már –
tires".
Soportando una vida. horrible, llegó Fernando
Túp.acAmarrn
a los 26 ai1os, y posiblemente murió a esa edad, e
n Madrid; pues,
buceando en lo'S archivos de Espafi.a, sólo hallamos sus rastros
hasta Junio 15 de 1798, fecha de un certificado médico, de
~,u
grave dolencia, y que reza así:
"Don Francisco José de Rivas y Peralta, Médico de núme–
ro de los Reales Ejércitos y del Real Colegio de Medicina de
Madrid."
"Certifico y en caso necesario juro que he asistido a Don
Fernando Túpac Amaro en varias .enfermedades que h a pade–
cido;
y
le asisto actualmente en la que padece, desde el mes
de Enero del presente afio, que es una mel.ancolía hy¡)l)condríaca,
produciendo t-ales síntomas que indican grave peligro; por cuya
razón ha sido necesario que reciba los Santos Sacramentos; Y
no habiendo podido tomar, por suma indigencia, las med icinas
que eran conducentes a su enfermedad, se hall a en el día tan
agravado que solamente los aires y aguas minerales de Salze–
dón pueden ser el único remedio para su a livio. Es cua_nto puedo
decir,
y
a instancia del referido, doy la presente que firmo. Ma–
drid 15 de Junio de 1798.-Francisco Jos<?_ de
Ri~as
!
Peralta."
(Archivo General de Indias de Sevilla. Secc1on Audiencia de Char–
cas, legajo 598).