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insultaban con altivez, tomaban un aire de desdén in–

soportable; los muchachos a medida que mostraban por

su color, o por una aptitud menos humilde pertenecer

de más cerca a los ·españoles, eran conmigo más inso–

lentes,

y

me oprimían de más injurias; parecían ser el

Órgano de sus padres.

Sentía por todas partes una conspiración contra mí,

y

que la compasión se había desecado en todos los co–

razones; ·el carcelero

y

sus satélites me veían con la

misma ropa que había sido introducido,

y

sin cama,

y

jamás mostraron querérme1a meiora.r; veían mezclar mis

lágrimas cada día a un alimento inmundo

y

usurpado

a los perros,

y

no obstante se quedaban con dos reales

diarios que el gobierno 1enía destinados para prolongar

mi vida; entre las innumerables que se sucedían

y

que

ostentaban un poder absoluto sobre mí, ninguno tuvo

la humanidad de ponerme en comunicación ni unos po–

cos instantes con mi madre

y

esposa (j) que tenían mi

España e impresas en Alcalá en el año de 1516. (Véase la reedi–

ción de esta obra hecha en Madrid en 1829, bajo el título de

"Fuentes Históricas sobre Colón

y

América" en el tomo II, pá–

ginas 218

y

253).

El Padre Bernabé Cobo, español, en su "Historia del Nuevo

Mundo" escrita en 1653, escribe también las siguinetes líneas:

"Los perros des·pedazando indios se hacían bravos como unos

tigres". (Véase de esta obra del insigne jesuíta la página 370

del tomo II).

El distinguido historiador

J.

Jijón

y

Ca.amaño en su notable

obra "Sebas,tián de Benalcázar" (páginas 59 a 61 del tomo I) de–

nuncia, también, con acopio de testimonios de primera agua,

el horrible crimen de los conquistadores españoles, que hacían

devorar vivos con sus mastines amaestrados a los infelices in–

dios.

"Carne de indios" engordaba Jos feroces mastines de los con–

quistadores. . . A esas inícuas carnicerías llamaban Jos espa–

ñoles "aperrear indios". ( F.A.L.)

(j)

Ventura Monjarras era el nombre de la madre del autor

de estas

Memorias,

y

Susana Guerra, española, era el nombre

de su esposa. Con respecto al apellido de ésta ponemos aquí una

observación: en los autos seguidos contra su esposo consta el