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virtud pisarán unos instantes solamente sobre algunos
puntos de la tierra!
¡Esparta,
y
el imperio del Perú bri-
11an como relámpagos en medio de inmensas tinieblas!
¡Pasarán sus instituciones en boca de los bandidos coro–
nados como bellas teorías
y
concepciones impractica–
bles! Ciertamente todo me era aflictivo,
y
entonces las
afecciones de la realidad me conducían irresistiblemen–
te a la desesperación, mientras ahora los recuerdos son
acompañados de positivos consuelos,
y
al fin de mi tris–
te carrera veo infalible el reinado de la razión; que el
espíritu humano marcha iluminado contra los tronos, que,
Todo lo que en elogio se ha dicho de Túpac Amaru lo en–
c;erra el historiador Luis E. Valcárcel, actualmente Director del
Museo Nacional de Lima en los brillantes acápites que siguen:
"¿Registró jamás la historia página más horrenda que esta pá–
gina en que, para eterno ludibrio, se d.etalla la fiesta de san–
gre, de macabra voluptuosidad que fué la ejecución de José Ga–
briel Túpac Amaru y los suyos? ¿Llegó jamás la maldad hu–
mana a parir mayores daños, más crueles excesos, un refina–
miento igual para hacer sufrir, para matar con una complacen–
cia tan vesánica en el dolor de la víctima?. . . En Túpac Ama–
ru .crucificó España a la lnkanidad. El feroz Areche desalma–
do sayón, quintaesenci,ó
toda
la salvaje crueldad de celtas y
árabes. Ni en España ni fuera de España se dió espectáculo
equiparable al Martirio de Túpac Amaru. Nada son las luchas
de gladiadores, inocentes resultan los tormentos del Santo Ofi–
cio, benigno el holocausto de los cristianos en el circo ro.ma–
no,
insignificantes
los suplicios del
jardín mirbauniano,
lite–
rarios
los del
infierno dantesco... Deténgase
la Humanidad
a contemplar el Martirio de Túpac Amaru . . . Como
fo.
Trage–
dia del Calvario, la Tragedia de Tupac Amaru no muere en el
recuerdo. Se conmemora periódicamente. . .
Tupac Amaru es
el símbolo del Sacrificio en la Vida y Pasión de los Pueblos
Andinos".
El ilustre contralmirante español Miguel Lobo, en su ''Histo–
ria de las antiguas colonias hispano-americanas" exclama emo–
cionado: "De ningún modo era, como no lo ha
~ido,
ni lo será
nunca, necesario, que
los encargados de aplicar el
rigor de
la justicia, diesen a la aplicación un carácter de ferocidad que
ultraja los principios de la Religión, que echa un borrón sobre
el nombre del País... La manera como fué llevada a cabo la
ejecución de Tupac Amaru y de los individuos de su familia