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Chile, (3
I)
habian 11sido
envenenado~
los oficiales que la manda–
ban, por ajentes de aquel Gobierno i de Gamarra, que se hallaba
asilado en Guayaquil.11
(32)
Quien con tanta facilidad acoje
i
cree
o ?.parenta creer i denuncia al mundo esta mal forjada mentira,
¿no está expuesto a que de él se
pien~
e i se diga que por su pro–
pio corazon juzga el ajeno? ...
Don Francisco López de Quiroga sirvió como militar al par–
tido realista durante tod::i la guerra de independencia del Alto
Perú, en que llegó
h~sta
el grado de coronel. Cuando la victoria
de Ayacucho, se hallaba López en Ja pequeña division que al
mando del jeneral Olañeta sostenía todavía en el sur del Alto
Perú la causa de la Metrópoli. La noti:ia de aquel triunfo intro–
dujo la desmoralizacion en ]as tropas de Olañeta,
i
López se
sublevó en Chuquisaca con un escuadren que tenia a sus órde–
nes. Puesto al servicio del Gobierno independiente, obtuvo
pronto el grado de jeneral.
Cuando ocurrió en Chuquisaca el motín milifar de 18 de
Abril-..de
I
828, contra el Gobierno del jeneral Sucre, López, que
se hallaba en Potosí, salió con una compañía de infantería para
la capital de la República,
i
ayudó a vencer a los insurrectos.
11El
jeneral López (dice Cortés en su Ensayo sobre la historia
de Bolivia) mandó lancear en la frontera de Chuquisaca a al–
gunos de los cabecillas: este jénero de muerte se consideró, no
sin razon, como un acto de crueldad injustificable.,,
En el período revuelto i anárquico de
I
829 López se portó
con valor en diversos lances militares
i
asumió con audacia el
papel de caudillo político, sin respetar ia autoridad lejítima.
Sospechando que en la Paz se tramaba una conspiracion por
ajentes del jeneral don Agustin Gamarra, mandó, sin datos su–
ficientes, pasar por ]as armas al doctor Vi1legas, vocal de la
c
irle de justicia de aquel departamento,
i
a un peruano.
(33)
/
(3
r)
Historia de Chile durante los cuarenta años, etc. tomo II, pájs. 353
a
355·
(32)
Manifiesto citado.
(33)
CoRTÉs,
Obra cit.-- Santa Cruz, bosquejando en su citado manifiesto
de Quito el desgobierno i lamentable estado en que encontró a Bolivia al
hacerse cargo de su
ad~ninistracion
en
1829,
dice: «El jeneral López
i
el
coronel Armaza, habiéndose dividido la autoridad militar, estaban erijidos