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del mismo año para discutir i sancionar un nuevo pacto fede–
ral, debiendo cada uno de los Estados confederados elejir, por
medio de su respectivo Gobierno, tres plenipotenciarios. En
seguida convocó al Congreso de Bolivia, cuyas sesiones extraor–
dinarias abrió personalmente en Cochabamba, dándole cuenta
del movimiento administrativo i <lemas sucesos de los últimos
meses. .Santa Cruz redobló esta vez sus esfuerzos para docilitar
a los lejisladores de Bolivia, ya por la seduccion, ya por el miedo,
a evitar toda manifestacion hostil al réjirnen protectora!,
i
tan
eficaces fueron sus arbitrios, que ese mismo Congreso, que en
Setiembre del afio anterior habia hecho alarde de independen–
cia
i
llenado de sobresaltos al Protector, negándose a discutir
i
reprobando por consiguiente el pacto de Tacna, respondió ahora
al mensaje del Presidente de Bolivia con palabras de inaudita
adulacion personal i de completa i especial adhesion a la nueva
asociacion política.
11
La Confederacion perú-boliviana (dijo a
nombre del Congreso su presidente) fundada sobre las exijen–
das recíprocas de los tres Estados, sobre las virtudes, sobre los
triunfos,
i
mediante vuestros nobles e infatigables esfuerzos, es
la creacion sublime que va a resolver el gran problema de nues–
tra existencia i de la de nuestros hijos ... Habeis llenado nues–
tras esperanzas, os habeis aven tajado a ellas convocando un
nuevo congreso de Ministros plenipotenciarios para la reforma
del tratado de Confederacion ... Los bolivianos estan conven–
cidos de las grandes ventajas que les ofrece esta nueva asocia–
cion. Tienen de
e.
to una prueba incontestable en los beneficios
de que hoi gozan, aun ántes de que los términos del contrato
de Confederacion hayan sido perfeccionadosrr ...
11
La moderacion
i
jenerosidad del Gobierno protectoral, que
se han manife tado a todas luces al firmarse el tratado de
Paucarpata, desdeñando renovar las Horcas Caudinas, confun–
den a nues_tros gratuitos enemigos i ponen de nuestra parte el
interes de las naciones, a quienes vuestra política eminente–
mente franca se ha hecho conocer. Sin embargo, e peramos que
el desacordado Gobierno de Chile, sus aliados i algunos caudi–
llos de las provincias del Río de la Plata, conociendo mejor los
intereses de sus pueblos, i lo incontrastable de la Confederacion,
concluirán este estado de guerra, que embaraza los progresos
C. DEL E. CHILENO