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a la Confederacion perú-boliviana,
i
quedar mejor preparado
para rechazar las nuevas hostilidades de Chile Pero tocamos
ya un órden de sucesos que no entra en el plan de esta memo–
ria, i damos fin a nuestro trabajo repitiendo solamente las pa–
labras con que terminamos su introduccion.
Fracasada la primera expedicion, el Gobierno preparó la se–
gunda con mas rapidez, con mas precaucion, con mayores ele–
mentos de triunfo, con el unánime aplauso del pais,
i
en la con–
fianza de que el Supremo Regulador de los destinos humanos,
habia de coronar mas tarde o mas temprano los jenerosos
esfuerzos
i
sacrificios de Ja República en pro de una causa her–
mosa i justa. I vino Yungai como espléndido desquite de Pau–
carpata, i cayó el Protector i con él se desmoronó en un instante
la mal cimentada Confederacion,
i
se desvaneció como el humo
todo aquel artificio de una extrafalaria i vana am bicion, para
no dejar mas que una triste memoria i una severa leccion el) la
historia de los gobiernos políticos.
refiere, se hizo en la acta de la sesion secreta de Setiembre de 1837, po–
niendo las palabras ((el pacto no se considerará por ahora» en
vez
dea:el pacto
no se considerará jamas», que
fué
en realidad lo que el Congreso aprobó.
Cree Cortés que, apoyado en esta falsificacion, el Congreso de i838 se atre–
vió a decir e.n su referida contestacion al mensaje de Santa Cruz, la
t~lsedad
de haber suspendido sus sesiones en 183
7,
en virtud de las razones aduci–
das por el Protector, «dejando las cosas en el estado que tenían ántes de
su reunion.l>
La falsedad del Congreso fué mas cruda aun, pues, segun parece, la re–
ferida acta no
fué
falsificada, sino voluntariamente oh
1
idada por aquella cor–
poracion, al afirmar que estando para examinar el pacto de Tacna, difirió
este trabajo por indicacion del mismo Santa Cruz.
Paz Soldan ha trascrito en su
Historia del Perú independiente (1835-1839 ),
como ya lo hemos indicado, el acta íntegra de la referida sesrnn secreta, en
donde consta el acuerdo sobre que «:el pacto de Tacna no se considerará
jamas». Paz Soldan, que escribió su
Historia
con posterioridad a
Ja
de
Cortés, nada dice de la falsificacion de que éste da cuenta en su citada
obra.
FIN