Previous Page  228 / 330 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 228 / 330 Next Page
Page Background

-

222 -

Perseguido bajo Ja administracion de Santa Cruz, el jeneral

López se refujió en el Perú. Allí resignado en su destierro

i

bregando con la miseria le encontró Santa Cruz en 1835, en

vísperas del triunfo de Yanacocha. El

pacificador

del Perú pro–

curó esta vez atraerse al rebelde i mal parado compatriota,

i

tuvo bastante maña para comprometerlo a admitir la prefec–

tura del departamento de Puno, que López desempeñó hasta

despues de la victoria de Santa Cruz en Socabaya Establecida

la Confederacion, López pasó a la prefectura del nuevo depar–

tamento de Tacna, donde cayó otra vez en la tentacion de

conspirar i concibió i barajó planes que no supo o no pudo ma·

durar, ni ejecutar, i que remataron en el descalabro que refe–

rido queda.

Parece pues que el jeneral López unia a su valor militar bien

probado i a cierta dósis de patriotismo, una índole inquieta,

atolondrada i altanera, siendo mui escasas sus dotes de organi–

zacion

i

su perspicacia, i así lo probó en su manera de conspi–

rar contra Santa Cruz, pues no acertó a dar un paso oportuno

i

bien meditado en su actitud rebelde, hasta caer, por último,

desacreditado

i

agobiado de vergüenza i de infortunio en las

manos del irritado Protector, que no quería perdonarle el doble

cl'Ímen de traicion i desercion.

CONCLUSION

Inmensa fué la sorpresa e imponderable el disgusto con que

el jeneral Santa Cruz recibió la noticia de haber sido reproba–

dos los tratados de Paucarpata i decretada la continuacion de

la guerra por el Gobierno de Chile. Su primer paso fué respon–

der por un manifiesto al decreto de

I

8 de Diciembre. En este

documento expuso que, en virtud de su

z'lz'mz'tada franqueza

con

en dos tiranuelos, que obraban a su arbitrio, sin consideracion ni depen–

dencia del Gobierno, con quien solo consen•aban aparentes relaciones; ám–

bos se acechaban con desconfianza i se hallaban en estado de verdadera

hostrndad. El jeneral López pasó en esa época por las armas al ministro

Villegas i a otros dos individuos notables de la Paz, srn causa conocida, sin

el menor proceso

i

sin noticia del Gobierno, solo por recelos i disgustos

personales...