Previous Page  212 / 330 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 212 / 330 Next Page
Page Background

-

206 -

pa, empleó toda su astucia

i

sagacidad en demostrar al jefe del

ejército chileno el profundo horror con que Protector miraba

la guerra, sus vivas simpatías por la nacion chilena, sus deseos

de vivir con ella en la mas perfecta amistad, su buena disposi–

cion para dar todo jénero de satisfacciones i seguridades, com–

patibles con el honor, a trueque de conseguir una paz perdura–

ble; su confianza, por fin, en los sentimientos caballerosos, en la

alta probidad

i

en el juicio encumbrado i recto del teniente je–

neral

i

vice-almirante chileno, cuyo nombre ilustre i glorioso

ya en los fastos de la guerra de emancipacion de la América

española, no podía ménos que ser una prenda de paz i de con_

fraternidad entre los pueblos emancipados. La entrevista de

Paucarpata fué la última mano a esta obra de socaliña

i

de

seduccion. Herrera, que parecía haber sido elejido

~ por

Santa

Cruz como el ajente mas idóneo para esta obra (14), se adelantó

con un cuerpo de oficiales a recibir con la mas esquisita corte–

sía al jefe del ejército chileno; salió en seguida· el Protector,

que lo estrechó en sus brazos con efusion

i

lo invitó a conferen–

ciar con la franqueza de la amistad. Bien se deja presumir

hasta dónde iria el encarecimiento del jefe de la Confederacion

en órden a sus disposiciones benévolas i amistosas para con Chile

i

su Gobierno, para con el mismo ejército que tenia al frente, i

en particular, para

co~

su ilustre jeneral en jefe, el bravo captor

de la María Isabel.

I

todo este lujo de amabilidad i cortesanía,

todas estas protestas de amistad, todo este interes por la paz,

cuando el Protector tenia la victoria en la mano! .... Blanco

se retiró poco ménos que hechizado i positivamente resuelto a

celebrar la paz.

Tocante a los diversos planes i operaciones que el jeneral

Blanco pudo emprender con éxito mas seguro, en vez de mar-

(14)

No faltó quien pensara que el jeneral Herrera en la referida visita

se a vanzó hasta hacer entender a Blanco que el Protector estaba dispuesto

a retirarse a Bolivia i dejar libre el territorio del Perú, con tal de evitar la

guerra con Chile. (Apéndice, letra G.) Esta suposicion nos parece invero–

símil. El mismo jeneral Herrera en las negociaciones de Sabandía, que se

iniciaron pocos días despues, comenzó por declarar a Irízarri, segun queda

ya referido, que no oiría proposicion ninguna que tuviera por objeto alte–

rar el réjimen político constituido en la Confederacion Perú- boliviana.