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LIBROS & ARTES

Página 27

ESTADO Y SUS INSTI-

TUCIONES

SL:

Has afirmado recientemente

lo débil que es el Estado y sus ins-

tituciones para ejercer la autori-

dad. ¿Ese es un dato de la coyun-

tura o es uno de carácter estructu-

ral?

JC: La debilidad estatal en el

Perú es de carácter estructu-

ral. Curiosamente, se hace

mucha referencia al “centra-

lismo” administrativo de

Lima, pero pocas veces se

contrapone esa afirmación a

la extrema debilidad del

“centro” para garantizar

efectivamente el cumpli-

miento de la ley y de los de-

rechos ciudadanos. Y ahora

más que nunca; por eso si-

gue vigente el dicho que la

ley se acata pero no se cum-

ple.

SL:

Pero has subrayado el ca-

rácter autónomo de este Estado

frente a las elites.

JC: En muy contados mo-

mentos, como durante

Leguía, Velasco y Fujimori,

que dio lugar al recambio y

cooptación de las élites que,

por lo demás, eran muy dé-

biles. Pero, incluso en esos

momentos, la autonomía del

Estado fue muy precaria

porque estuvo condicionada

al respaldo externo. Claro

que sería un reduccionismo

extremo creer que esos go-

biernos existieron sólo por

dicho apoyo externo, dejan-

do de lado las condiciones

internas: lo que afirmo es que

su autonomía estuvo muy

condicionada por dicho res-

paldo y nada más. Leguía

contó con el apoyo político

y los préstamos norteameri-

canos que le permitieron

penetrar en la sociedad me-

diante redes de clientela; a

pesar de las nacionalizacio-

nes, el gobierno de Velasco

se vio precisado a embarcar-

se en un imparable endeuda-

miento externo para llevar a

cabo sus planes y, a raíz de la

crisis económica y social de

mediados de los setenta, las

presiones del gobierno de

Carter decidieron que Mo-

rales se viera en la obligación

de establecer la transición a

la democracia; el régimen de

Fujimori se fundó en la aso-

ciación con los poderes

fácticos, contribuyendo a que

obtuviera el respaldo políti-

co, militar y económico nor-

teamericanos, que hizo po-

sible la cooptación y corrup-

ción de militares, jueces, pe-

riodistas y políticos. Desde

los años sesenta, los gobier-

nos han financiado su exis-

tencia por deuda externa o

por inflación; nunca han po-

dido extraer recursos inter-

nos para promover el bien-

estar social. Por eso, ahora,

la reforma tributaria es tan

importante.

SL:

Alfred Stepan ha señalado

que gran parte de la autonomía

del Estado Velasquista se debía,

por un lado, a la calidad del cuer-

po de funcionarios; y por el otro,

al control de recursos y al dominio

territorial. ¿Piensas que la cali-

dad del funcionario de hoy es

menor?

JC: En aquel entonces, mu-

chos profesionales entraron

al Estado y se prepararon,

para bien o para mal...

SL:

Silva, Moreyra...

JC: Pero éstos tenían expe-

riencia administrativa previa

con gobiernos democráticos.

Joy Way…es uno de los

ejemplos de esos profesio-

nales que ingresaron al apa-

rato público; como decía al-

guien, muchos actuales em-

presarios fueron funciona-

rios de los organismos pú-

blicos del gobierno militar.

Durante ese periodo, se dio

una complicada relación en-

tre los profesionales y los

militares, en tanto éstos asu-

mieron un rol preponderante

en la administración pública

puesto que el gobierno era

de las fuerzas armadas. Sin

embargo, a pesar de esa li-

mitación, los profesionales

lograron implantar sus con-

cepciones nacionalistas y

voluntaristas – el que quiere,

puede– que radicalizaron las

reformas, como fue en el

caso agrario. A este respec-

to, uno de los grandes pro-

blemas del Perú es que no

tuvimos personal calificado

en el Estado que pudiera

desarrollar las capacidades

inherentes del Estado nacio-

nal, entre otras cosas, porque

los jefes patrimoniales de los

partidos no estaban dispues-

tos a limitar su acción discre-

cional y, mucho menos, a

afectar los intereses de sus

socios. En las teorías sobre

desarrollo económico, se

hace mención que se requie-

re personal calificado que

tenga una relativa autonomía

política para incentivar o

regular las actividades de los

sectores productivos, de

manera de conciliar los múl-

tiples intereses. En un régi-

men autoritario la autonomía

de los técnicos supone una

suerte de dominación sobre

los empresarios y/o traba-

jadores: Engels decía que el

canciller Bismarck había aga-

rrado a patadas a los empre-

sarios para que caminaran

por donde él quería que fue-

ran; en la democracia, la ad-

ministración tiene que man-

tener relaciones de conviven-

cia técnico-política con los em-

presarios y los trabajadores.

SL:

¿Pero qué cambios políticos e

institucionales habría que hacer

para llegar a un Estado respeta-

do, fuerte...?

JC: La persistencia de los

rasgos patrimoniales del Es-

tado ha contribuido a que

los cargos y las funciones de

la administración pública se

constituyeran en botines de

los presidentes y de los jefes

políticos, quienes se encarga-

ban de distribuir a su antojo

prebendas entre sus seguido-

res y aliados. Por tal motivo,

a pesar de los cambios y las

reformas sociales que acaba-

ron con el régimen de do-

minación oligárquica, el Perú

no ha contado con una le-

gislación acorde con los

tiempos, una administración

pública calificada, capaz de

implantar medidas destina-

das a responder a las deman-

das y necesidades sociales, y

de rendir cuentas de sus ac-

tos a la ciudadanía; esto ex-

plica, en buena parte, la de-

bilidad estatal. De tal situa-

ción se ha valido Hernando

de Soto para criticar el

“mercantilismo” y para que

cobre importancia la co-

rriente que propugna la libe-

ralización de la economía y

de la sociedad, a fin de aca-

bar con los restos patrimo-

niales. Con el derrumbe del

fujimorismo y la instauración

de un régimen democrático

esos problemas se han hecho

patentes, por lo que se ha

desatado una ola de pro-

puestas de reformas institu-

cionales que no se concretan

debido a múltiples resisten-

cias corporativas.

“En un régimen autoritario la autonomía de los técnicos supone

una suerte de dominación sobre los empresarios y/o trabajadores: Engels decía

que el canciller Bismarck había agarrado a patadas a los empresarios para

que caminaran por donde él quería que fueran; en la democracia, la

administración tiene que mantener relaciones de convivencia

técnico-política con los empresarios y los trabajadores.”