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valor co n
el tiempo, invirti é ndose nna bien poca can–
tidad
en repararlos y en acomodarlos para el uso útil
del cultivo del gusano de s0da
y
para alojar á
los
chinos é
inquilino ~
con mas comodidad de la que tienen
ahorc1, pu es no tienen ninguna, podrán representar en
muy poco tiempo un valor de consideracion que ahora
no tienen. Ademas d e l grnn servicio que prestarían
á
la
agricultura f'Stos edificios, será mas fácil la introduccion
de la industria de la seda en las haciendas, lo que no
podría conseg uirs e de otro modo y sobre todo si se tu–
viera que empezar con g astar muchas cantidades en cons–
trucciones, pues esto no es tan fá cil,
y
no podrian ha–
cerse de repente sin perjudicar
á
los <lemas intereses
<le la ag ricu1 tura .
Empezando
á
establecer el cultivo del gusano de seda
y
del modo qu e
indicamos, cuando este cultivo fuese
el
irij
ido por
per~onas
d e conocimientos especial es, tal vez
alca113ariamos á aprovechar del alza de la semilla del
gusano que
todavía existe en Europa. Entónces no se
necesitaría h acer sino muy pocos cultivos para reembol–
sarse de todos los gas tos y ten er adem as una ganancia
segura. La co mpn:i d e la se 111illa d el g usano de se<la debe
<lurar, sin <luda, por muchos años todavía, no solo por
las pérdidas que continúan en Europa, sino tambien
porque es un hecho reconocido que, el gusano se pro–
duce mas robusto y
<lá
i·esultado mas seguro, cuando
proviene de semilla importada de un clima muy distinto
del lugar en donde se cultiva. Esta reg la es la misma
que se repite en las semillas de las sementeras, que no
se podrá repetir
á
reproducirse entre los mismos granos
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sembrarse en el mismo terreno y localidad, sin que
estuviesen expuestos
á
degenerarse. Esto es lo que su–
cede por lo demas entre los seres racionales que se