Previous Page  84 / 696 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 84 / 696 Next Page
Page Background

-- 78 ·-

No pod]a, pues, es perarse tal resultado. desde que no se

produ.cian los capullos. Por otra parte, han sido tambien

muy mal calculado los gastos de compras de grandes má–

quinas, ni se tuvo _en vista la intruduccion impropia en el

país de las nrnnufacturas de la seda. Todos saben que

estando son.1etidas las producciones á la coneurrencla, no

solo ha sido un error de concepto pretender enseñar las

man

ufactur~s

ántes de obtener la produccion de la ma–

teria pri.mera, pues no podia suponerse que se prc>ten–

diera introducirla de Europa

ó

de otras partes. Del mis–

mo modo habria sido un errOL' económico, creer que las

manufacturas de la seda del Perú húbieran podido com–

petir en precio y calidad, con las de los países cuyas po–

blaciones son muy numerosas,

y

empleando brazos de

que tenernos tan ta neces idad, m.ientras que en otra parte

el trabajo es muy barato. Del mismo modo, son

fácile~

y

expeditoE-' los de má.s medios que concurren

á

la pro–

ducciou mientras que á nosotros faltan

y

faltarán por mu–

chos años

todavía~

Si nos fijamos en los hechos de todas las rejiones de

Arn.érica, nos persuadiremos luego he que los que han

sucedido en el Peni se reflejan del mismo modo en cada

uno de los cultivos que se han emprendido en cualquiera

otro pabi por lo.s particulares, salvo

rn.uy

raras escep–

ciones. Si es cierto que algunas partes se han conseguido

algunos productos de capullos,

y

fué este el medio

ma~

práctieo que ha inducido

á

otros

á

la imitacion, no podrian

constitnir de ningun modo e.stos h echos aislados la segu–

ridad de la produccion

y

de la expeculacion. Nosotros

hemos presenciado en Chile que muchos que empren–

dieron estos cultivos los abandonaron

d~spues.

Lo que

puede afianzar

y

hacer progresar no solo esta industria.

sino cualquiera otra, es el resultado positivo de las

utili~