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visto qu" en resúmen, los medios que concurren
á
Ja
prod
uccion
del
gusano
de
seda,
son
los mismos que los
de cualquiera industria, es decir,
10s
capitales, el trabajo
y
la
inteligencia. Interviniendo cada uno
de
estos medios
por separado
ó
de un modo inoportuno, no puede espe–
rarse sino la confusion
y
las pérdidas,
y
lo será del
mismo modo faltando alguno ele ellos para la produc–
c10n.
Tratándose de una in<lustria nueva, no es fácil, ni es
posible, exijir ni ménos esperar que los agricultores del
pais que no se han dedicado
á
los estudios agron6micos
y
ménos
á
los especiales del cultivo de la morera
y
del
gl}sano de seda, aventuren desde luego sus capitales,
determinen trabajos
ó
contr ,tten personas inteligentes
para hacer ese cultivo. Seria del mismo modo avanzado,
como se pretende en Chile, que podría conseguirse desde
luego el resulta<lo, tan solo
coa
la imitacion de lo que
se hace en otra parte,
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con la lectura aislada de tal
ó
cual libro. Por lo mismo que para formar la persuacion
entre los agricultores de la posibilidad de emprendet·
.esta especulacion, solo medio para que pueda generali–
zarse pronto, es riecesario que el sistema que se ha de
proponer para conseguir el resultado: en el Perú, estu–
viera de acuerdo
y
satisfaccion con las circunstancias
locales . Ent6nces pudiendo vencerse las dificultades que
se oponen
á
este cultivo, el concepto público se formará
convenientemente. De otro modo,
y
siguiendo las mis–
mas huellas desordenadas que han adoptado las <lemas
Naciones americanas, tal vez el resultado productivo no
lo conseguiremos fácilmente.
Los hechos prácticos que se han ido sucediendo en
América,
y
en todos los ramos especiales que concurren