ALIMENTACION POPULAR DE SANTIAGO
jas amargas de las vidalas como un
~co
melanc6Mco de la alegria pasada
y
que
acaso no volvera ya mas.
Transportada la fruta, comienz.a la
preparaci6n de los mas diversos platos
y
bebidas.
La algarroba fresca se come a todas
horas con .alegria de los nifios, sobre todo
que encuentran en ella el postre mas deli–
cioso. Su sabor de exquisita dulzura tie–
ne, sin embargo, la asperosidad de la fru–
ta silvestre.
Una parte es
e~tendida
al
aire
y
al sol
para su desecaci6n. So
1
bre catres, pello–
nes, mantas
y
colchas, la algarroba reci–
be los fuertes rayos del sol durante el
dfa,
y
por las noches es retirada para evitar
el rocio. Cuando se ha desecado conve–
nientemente se "pisa" en morteros de
quebracho o de alguna otra madera dura,
para la obtenci6n de la harina con que
han de revolverse ciertos dulces, o para
fabricar la fresca
y
virgi1iana "afiapa" o
la no menos agradable "aloja", bebida es–
ta con que se cele:bra la cosecha
y
el car–
naval.
La algarroba que no se mue:te, utiliza
y
transforma, se deposita en cueros de va–
ca, verdaderos sacos hermeticamente co–
sidos, o en trojes llamadas ''piruas
0
•
Es-
-78-