ALIMENTACION POPULAR ·DE SANTIAGO
y
e:tl progreso de la provinci.a, pero ha ex–
tinguido la industria popular y domestica,
dlremos, de la mie'1 y Ia cera, que en tiem–
pos no lejanos,
a
fines del siglo pasado,
era un seguro medio
de
subsistencia para
una gran mas.a de publaci6n que vivia fe–
liz
con los productos de la selva como de
un mana del cielo.
Pasada
la
floraci6n del quebracho, los
meleros
o
consechadores de
miel,
pertre–
cha.dos
de
tupo$
y
arganas
de
cuero para
tras·egar el producto en cuya busca iban,
se
internaban en los bos•ques, munidos de
harina, maiz, grasa
y
cha:vqui,
y
tras
de
un tiempo de permanencia en ellos, vol–
vfan con
su
preciosa carga meMfera,
la
cual, acopiada por nuestros exportadores
era couducid1a a Buenos Aires o al Peru·en
lentas
y
gloriosas caravanas de carretas.
Ha
desapareci:do la ''·meliada"
y
el
pue–
blo
no ha
remedlado su condici6n de parta
con el pretendidoi progreso de Ia
industiia
forestal, sino que, por el cont.rario, mas
pobre todavfa, esquilmado
y
explotado
dentro de
los
Iimites de su propia Pro,..
vincia, encuentra fuerzas aun para ofre–
cer su carne, magnifica de sacrificios, a
los
sefiores
de
la zafra
y
de
la
cosecha
del sur.
--66-