ORESTES
DI
LULLO
guerra, fue el gestor de hazaiias violen–
tas
y
varoniles, todas ellas
sup.eradas
de
heroismo.
· Mas
hoy,
en
que la carne,
por
causa
de la miseria, ha dejado de ser para la
inmensa masa de la poblaci6n aantiague..
fia, su alimento ha;bitual, ha muerto la
fuente de su energia
y
el gaucho se ha
transformado en paria.
II
Es
tradicional en nuestra comida
el uso del picante que se obtiene del aji,
planta
silvestre .muy difundida en Ios
montes de la provincia. Decfa el P. Ricar–
do Cappa en sus "Estudios Criticos de la
Dominaci6n Espanola en
America", T. 7.
Pags. 146 y 147,
que en
1622
el Consejo
encargaba expresamente a los visitadores
de obrajes, "que cuiden se de a los indios
carne, sal
y
aji como esta mandado",
agregando que "tiene el ajf, despues
del
mafz, el primer lugar como planta
mas
general
y
de mayor estima entre Ios in–
dios de cuantas se hallaran en esta.s tie–
rras ... " (T.
5-Pag.
355).
De larga historia
y
honrosos antece–
dentes americanos, el aji es empleado en
la confecci6n de numerosos platos, &ien-
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