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traba cuando el ejército pacificador de Santa Cruz atravesó el
Desaguadero,
i
una divisional mando del jeneral Brown ocupó
a Arequipa. Brown hizo buscar a Cac;tilla i le notificó, a nom–
bre del jeneral Santa Cruz, la órden de trasladarse al reducto
de Oruro en Bolivia, a lo que Ca. tilla respondió que no tenia
por qué obedecer las órdenes de una autoridad extraña al Perú
i
que e taba resuelto a cumplir
el
de tierro que le habia im–
puesto el presidente lejítimo de su patria.
I habiéndose puesto en camino para el territorio de Tarapa–
cá,
fué
hecho prisionero por una avanzada de Brown, de la que
pudo por ventura escaparse,
i
llegando a una caleta de la costa
inmediata, logró
a.
ilarse en un de los barco de guerra de la
marina peruana, que se habia pa ·ado al jcneral Salaverry, re–
conociéndolo por jefe supremo de la República. Ca. tilla llegó
al Callao
i
allí se encontró con Salaverry, que lo acojió con
gran miramiento, le ofreció u servicio personale i se empeñó
en colocarlo en su ejército. Ca tilla, empero, rehusó prudente–
mente estos ofrecimientos, comprendiendo aca o que no podria
avenirse con el carácter imperioso i vehemente del jefe supre–
mo revolucionario, cuya conducta política tampoco era de su
agrado. (8) No pudiendo, pues, aceptar ,ni la revolucion de Sa–
laverry, ni rnénos Ja intervencion de Santa Cruz, tuvo que salir
del suelo natal para buscar en Chile su seguridad
i
la ocasion
de vengar a su patria ultrajada. Cuando ocurrió el motin de
Quillota, que Jo::; emigrados peruano miraron como un fune -
tísimo suceso, pues vino a perturbar u plane · i
us mas gra–
tas espectativas de restaurLicion, Ca tilla, a la cabeza de la pe–
queña columna de caballería perteneciente al cuadro peruano
que se habia organizado en Valparaiso, se incorporó en las
fuerzas del Gobierno i completó la derrota de los amotinados,
dándoles una enérjica carga
i
siguiéndole el a!canee.
Don Felipe Pardo
i
Aliaga, de una de las primeras familias
(8) En 1836 publicó Ca tilla en
antiago de Chile un folleto bajo el títu–
lo de
El jcneral de brit[ada Ramon Ca
ti/!11,
a us conciudadano
.
E una expo–
sicion muí incorrecta
i
de aliñada, pero intere ante por u injenuidad i por
los documentos curiosos
i
fidedigno que la acompañan. De ella hemo
to–
mado lo incidente que ocurrieron a Ca tilla en
18
4
i
principio
del
~
5
ha ta que dejó el Perú para a ilar e en Chile.