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Elevado a jeneral de brigada bajo el Gobierno de Orbegoso,
quien ademas le confió el cargo de prefecto del departamento
de Puno, guardó
consecu~ncia
i
lealtad con aquel majistrado,
hasta el momento que descubrió sus manejos e intrigas que
abrieron a Santa Cruz las puertas del Perú. No ignoraba Cas–
tilla las ambiciosas miras que de antiguo abrigaba el Presi–
dente de Bolivia. Siendo prefecto de Puno (1834) habíale pro–
puesto Santa Cruz, por medio del jeneral Quirós, el proyecto
de promover un pronunciamiento en los departamentos sud–
peruanos para ligarlos o federarlos con Bolivia, debiendo que–
dar como jefe superior de ellos el jeneral Castilla. El proyecto
fué rechazado con indignacion. En Marzo de 1835 el batallon
Ayacucho se pronunciaba en Jauja por la federacion de Puno,
siguiendo el ejemplo de Jos departamentos de Cuzco i de Aya–
cucho, que acababan de proclamar tumultuariamente el mismo
sistema a instigacion de los ajentes del jeneral Gamarra, asila–
do entónces en Bolivia. Castilla, aislado en la ciudad de Puno
i
sin fuerza armada de que disponer, abandonó el departamento
i
se restituyó a Arequipa, en donde estaba Orbegoso. Allí se
hizo cargo del E tado Mayor
J
eneral del Ejército
i
de organi–
zar una division que en pocos dias avanzó considerablemente
en cuerpo i disciplina. El jeneral Orbegoso, entre tanto, avan–
zaba en sus negociaciones secretas con Santa Cruz, i bien per–
suadido de que Castilla había de ser un sério estorbo a la in–
tervencion armada del Presidente de Bolivia, se propuso anular
a aquel honrado
i
enérjico soldado, a quien habia perdonado
muchas veces las tosquedades i demasías de su jenial franqueza,
porque le vió siempre leal i desinteresado. Cuando las circuns–
cias parecian aconsejar con mayor instancia la condescenden–
cia de Orbcgoso para con Castilla, un incidente de poco mo–
mento los puso en pugna. Queria Orbegoso incorporar en la
division que estaba organizando Castilla, a un militar que éste
rechazaba. Viéndose tenazmente contrariado, Castilla renunció
sus cargos, ántes que obedecer; pero
fué
sometido a un proceso
que el mismo Orbegoso mandó iniciar i que suspendió luego,
limitándose a
orden~r
a Castilla que marchase desterrado a la
provincia de Tarapacá. Castilla obedeció. Mas, en su viaje de
destierro se detuvo en Tacna por enfermedad. Allí se encon ..