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La buena fortuna que acompañó a Santa Cruz en sus cam–

pafías sobre el Perú, estimulando su ambicien i dando mayores

proporciones a su plan de cdnquista i reorganizacion de aquella

República, introdujeron la perplejidad i la desconfianza en el

sentir el terror que inspira el nombre de Salaverry ha sido la única causa

de esta vacilaciones. Ya Ye V. pues, cómo

e cargan los horizontes, todo

anuncia, en efecto, una formidable esplo ion. ¿Qué debe V. hacer en estas

duras circunstancias? Estarse quieto; dejar que se maten unos a otros i

aguardar a que lo llamen a V., como el único que podrá salvarlos. V. está

mui bien opinado en e te Gabinete. De de luego se pensó en V. para po–

nerlo a la cabeza de \requipa en caso de que se federasen los cuatro depar–

tamentos: despues se atrave ó Tri tan, cuya aspiraciones no se sabe donde

van a parar. Ma nada hai fijo, ni resuelto, ni nada se abrá hasta la venida

del Presidente. Arequipa sigue todavía contaminado con la presencia de

Orbegoso i de Castilla· mas esto no puede durar. El partido de Luna,

que lo sostiene, se debilita de dia en dia, i el federalismo progresa. Si Nieto

entretiene algun tiempo a

alaverry en el norte, la separacion del ur se

con olida; tal es mi opinion

hasta a/zora.

Repito que estamos en tiniebla

,

privados de comunicaciones i espuestos a ver las cosas por ojos ajenos. Su

po icion de V. no puede fijarse ínterin la cuestion e mantenga indecisa. Si

se forma el nue\•o Estado, V. como hijo del sur debe figurar en primera

linea. Si Salaverry triunfa, V. que sabe de Lima mas que nosotros, podrá

con mas datos trazar su linea de conducta. Si V. e mantiene quieto, inac–

tivo i procurando que su nombre suene lo ménos posible durante la pre–

sente borrasca, necesariamente han de pen ar en V. todos los que amen el

reposo i el órden. Será V. la última esperanza del Perú; no quedará mas

recurso que echarse en brazos de V. Mucho de sus enemigos habrán des–

aparecido, u amigos estarán en mayoría: el partido de Luna aniquilado.

Tal es el consejo que me dicta

lzasta ahora

la sincera amistad que le profeso.

Temblaria al saber que ha tomado parte en esta crisis, cuando veo tantos

elementos de discordia, tanta falta de probabilidad de éxito en todos los

partidos, tanta desmoralizac1on

i

tanta alternativa. Si ánte de cerrar ésta,

ocurre algo importante, lo sabrá V. Entre tanto créame el mejor de sus

amigos.

«De pues de escrito lo que precede, ha llegado Gamarra con <lireccion al

Perú, donde se halla a la hora e ta. Va a ponerse a la cabeza del nuevo

Estado del sur, Bolivia lo auxilia con cuatro mil hombres. Segun el plan

acordado con el Presidente, los cuatro departamentos del sur formarán un

Estado independiente federado con Boli\·ia. Habrá un Gobierno jeneral i

un Congreso jeneral de ámbos E tados, conservando cada uno su Gobierno

su Congreso aparte. Tuve una larga conversacion con don Agu tin. Me

preguntó si sabia yo las intenciones del Presidente con respecto a V.; res-