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jeneral, La Fuente le ayudó como organizador de fuerzas
i
par–
ticularmente como proveedor activo de todo jénero de recursos,
para cuyo efecto tuvo a su cargo la comandancia jeneral de la
provincia litoral de lea. Terminada la campaña contra los ejér–
citos peninsulares, La Fuente obtuvo el grado de jeneral. En
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era prefecto del departamento de Arequipa, en donde concertó
con el jeneral Santa Cruz, que se hallaba de tránsito para
Bolivia, un plan con el objeto de derribar la administracion
del Presidente La Mar, obra que llevó pronto a cabo ligán–
dose con el jeneral Gamarra. Elejido éste por Presidente
del Perú, tocó la Vice-presidencia a La Fuente. No contento
con este puesto, intentó en
183
r una revolucion contra Gama–
rra, que a la sazon visitaba los departamentos de la República;
mas, habiendo fracasadc, en su empresa, mediante la actitud de
los amigos del Presidente i particularmente por obra de la acti–
vidad i enerjía de la mujer de este majistrado, huyó a Bolivia,
donde el Presidente Santa Cruz le acojió con notable beneyo–
lencia. La Fuente pidió armas
i
recursos a Santa Cruz para
derribar a Gamarra; pero el futuro Protector del Perú no creyó
oportuno deferir a esta demanda. Entre tanto, supo aprovechar
el despecho i la ambicion de su huésped para insinuarle i com·
binar con él bosquejos mas o ménos vastos
i
halagüe.ños de una
fedcracion entre Bolivia i el todo, o siquiera una parte consi–
derable del Perú. Habiendo sucedido el jeneral Orbegoso a
Gamarra en la Presidencia de ;e.:;ta República, La Fuente se
apresuró a regresar para ponerse a las órdenes del nuevo Pre–
sidente, a quien acompaf\Ó en sus expediciones para vencer a
Gamarra, sublevado contra el nuevo Gobierno Despues del
célebre
abrazo
de Maquinhuayo
(23
de Abril de
1833)
en que
los vencedores, partidarios de Gamarra; que formaban la divi–
sion del jeneral Bermúdez, se unieron con los vencidos
i
se pu–
sieron a disposicion del Gobierno, La Fuente, colocado por el
mismo Orbegoso a la cabeza de aquella division, cayó en la
tentacion de conspirar o, al méno. , se le atribuyeron maniobras
revolucionarias, de que resultó que el Presidente le hiciera
prender
i
le desterrara a Guayaquil. En Diciembre de
1834
i
cuando corria la época en que debía elejirse Presidente consti–
tucional de la República, estalló un motin militar en el Cal tao,