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libraban el temor de vencer al ejército de Chile i el temor de ser

vencido. ¡Miedo a la victoria! Sí; temia quedar victorioso contra

un pueblo que jamas se habria resignado en su derrota, para

quien la derrota habria sido el mas poderoso aguijon de la

guerra,

i

que no habria cesado de hacerla, hasta agotar su úl–

timo recurso i su último aliento. Solo esto esplica el constante

empefio de Santa Cruz por evitar la guerra con Chile, i aquellas

protestas en favor de la paz reiteradas en todos los instantes

i

hasta el momento mismo en que la victoria iba graciosamente

a posarse en el campamento de Paucarpata.

Santa Cruz desech6 todas aquellas proposiciones que tendían

a debilitar su poder, i en la negociacion del tratado cedi6 lo

que le pareció necesario para evitar el combate, para pasar por

jeneroso i magnánimo, haciéndose entre tanto reconocer como

Protector de la Confederacion i como grande i buen amigo por

los representante del Gobierno que había prometido restable–

cer la mutua independencia del Perú i de Bolivia. Harto fácil

era, pues, salvar a un ejército con el que el Protector no queria

combatir, al que el Protector tenia miedo de vencer, i que al

retirarse libre e ileso del territorio del Perú, traia a u patria,

no el testimonio clásico de la habilidad i acertada dilijencia de

los plenipotenciarios de Chile, no la prueba irrecu. able de la

magnanimidad del Protector, como éste i sus partidarios e lison ..

jearon de creerlo, sino una nueva

i

mas jenuina mue tra de

aquella política artera que habia promovido i firmado un año

ántes el convenio de la

Talbot,

donde Santa Cruz demostró

claramente que preferia mil yeces el poder sin la honra, a la

honra sin el poder.

Por lo demas, es justo reconocer como un mérito del jeneral

Blanco, mérito en que le acompañaron los jefes del ejército expe–

dicionario, i señaladamente el jeneral Aldunate, la extraordina–

ria disciplina

·¡

com portacion moral de la tropa. Sobre lo cual

un testigo caracterizado dice que fué una gloria

i

grande para

el jeneral Blanco el haber presentado en el Perú 11un ejército

tan moral, tan virtuoso, tan digno por todos títulos de la esti ..

macion jeneral, que se hacia amar

i

respetar de lo mi mos

enemigos".

''Eterna será (añade) la memoria de este ejército

en los pueblos que ha ocupado

i

en los valles por donde tran-