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ducta de Irizarri en las negociaciones de Sabandía, especie que
un poco ménos exajerada fué referida por el autor anónimo de
los artículos publicados en
El Mercurio
de Valparaiso sobre la
campaña del ejército
rest~urador.
Irizarri negó absolutarnante el
cargo en la contestacion que dió a estos artículos,
i
no sabernos
que nadie rectificase, ni haya rectificado jamas lo que él mismo
ha referido acerca de las negociaciones de Sabandía
(22).
Por
lo demas, si no es equitativo imputar a Irizarri la intencion de
traicionar c!.lando celebró el tratado de Paucarpata, es evideste
que, despues de rep obado éste, atacó al Gobierno de Chile
i
se
hizo parcial de Santa Cruz, segun se revela en los diversos
escritos que publicó con motivo de dicho tratado (23). Despues
del fallo condenatorio dictado por la Corte Suprema, Irizarri,
herido
i
despechado, se ligó mas íntimamente a Santa Cruz, i
le dió consejos i le sujirió arbitrios contra las
u
malditas jentesrr
de Chile. En carta particular fechada en Arequipa el
19
de Di–
ciembre de
I
838, escribia al Protector en estos términos:
(22) «lmpugnacion a los artículos publicados en
El }'rfercun'o
de Valpa–
raiso sobre la campaña del ejército restaurador.»
En un articulo escrito en el villorrio Peñaflor el
24
de febrero de 1838
con motivo de ciertas cartas cambiadas entre Blanco i el coronel Vivanco,
i que se publicó en una hoja suelta, leemos: a.Es cierto ademas que el jene–
ral
Blan~o
me honró con su confianza, no solo en las operaciones militares
sino en los asuntos políticos: que manifestaba en su conducta no tener re–
serva para conmigo: que me confió la redaccion de documentos impor–
tantes, como por ejemplo: la desaprobacion del convenio de armisticio cele–
brado en Sabandia entre el coronel Irizarri
I
el jeneral Herrera, cuya lectura
cau~ó
al jeneral Blanco una impresion profundamente desagradable, en fin
que le debí mil muestras de verdadera estimaciom). . ..
Fué mui probablemente este simple
convenz'o de armt'sticio,
que segun
Pardo, tanto disgustó a Blanco, el que algunas personas tomaron equivo–
cadamente por proyecto de tratado de paz, naciendo de aquí la imputacion
tan repetida contra Irizarri de haber convenido con Herrera en un pro–
yecto de tratado que Blanco rechazó con indignacion. En cuanto a los tér–
minos del espresado convenio de armisticio, ni Pardo, ni otra persona que
sepamos, han dado noticia alguna.
(23)
Ademas de los dfrersos escritos que ya hemos citado, Irizarri publi–
có tam bien sus «Diálogos políticos sobre la defensa de los tratados de Pau–
carpata.-Arequipa, Junio
21
de 1838.)) Es una réplica a Ja impugnacion que
a la «Defensa del tratado de paz de Paucarpata>) hizo el
Araucano
en diver–
sos artículos que ya hemos mencionado.