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Espero su contestacion i me lisonjeo que será satisfactoria a su
afectísimo amigo i S.
S.-Ramon Herrera.11
11
La contestacion a esta carta
fué
la siguiente:
Señor
J
eneral dqn Ramon Herrera
Arequipa, Nov·iembre
I3
de I837.
Mi estimado amigo:
He dado cuenta al señor jeneral en jefe de lo que U d. me
dice en su apreciable de fecha de ayer, que he recibido a las
ocho
i
media de este dia; i contesto de órden del referido señor
jeneral en jefe lo que sigue: Que de las proposiciones que yo
presenté a U d. no puede, ni debe admitir modificacion alguna,
i que, como él mismo ha dicho a Ud, i yo le he repetido, estas
proposiciones traspasan las instrucciones que trae de nuestro
Gobierno; que las ha presentado solo como la base del tratado
que podemos celebrar, dejando para la entrevista que tenga con
S. E. el Protector el allanar las <lemas dificultades que presente
el arreglo de una negociacion que emprende sobre su propia
responsabilidad; que bajo este supuesto i el de no estar en los
intereses del ejército de Chile el perder tiempo en negociaciones
que no presentan pronta terminacion, espera que en el caso de
convenir S. E. el Protector en lo propuesto, señale el dia, hora,
lugar i condiciones de la entrevista. El señor jeneral en jefe me
ordena tambien diga a Ud. que, en el caso de no convenir S. E.
el Protector en las proposiciones, como se hallan redactadas,
conteste S. E. terminantemente sobre la aceptacion de las con–
diciones del combate parcial que ya ha admitido solemnemente,
segun lo que U d. le dice en su carta de ayer, pareciéndole
el
medio mas propio i ménos embarazoso, de terminar en benefi–
cio de la humanidad, unas contestaciones que de otro modo se–
rian demasiado largas. Yo no puedo hacer en estos negocios
otro papel que el de un órgano de comunicacion; siento el no
tener en mi arbitrio la facultad de allanar los obstáculos que
impiden el que se terminen estas diferencias, sin el recurso
de las armas. Pero como quiera que sea, en todos tiempos