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aprobó este parecer, no obstante la buena disposicion en que
estaban los jefes chilenos de batirse, a pesar de todas las dificul–
tades
í
desventajas (8).
Momentos despues salia el coronel Irizarri, como Plenipoten–
da~io
para la quinta de Tristan, donde debia reunirse con los
jenerales Herrera i Quirós, Plenipotenciarios de Santa Cruz, a
fin de redactar 11el tratado de paz acordado ya definitivamente
en sus bases fundamentales en la entrevista de Paucarpatarr (9).
El tratado quedó concluido en la mañana del
17
i
trasmitido
inmediatamente al jeneral Blanco, quien a la una del mismo
dia ordenó 11que el ejército estuviese pronto para marchar sobre
el enemigo,
i
envió a Irizarri para que terminase sus conferen–
cias i se retirase, si no se accedía en el acto a ciertas modifica–
-dones que exijia en el tratado.
(ro
)11
Dos horas despues de lrizarri se encaminó el jeneral Blanco
a la quinta de Tristan,
i
desde allí ordenó que el ejército se re-
(8) Véase el acta de esta junta en el Apéndice, letra C.
(
9) <(Campaña del ejército restauradon> publicada en
El
.friercun:o
de
Valparaiso. En esta relacion se añade que el ejército chileno recibió esta
nueva «con sombrío i silencioso descontentol>, manifestando deseos de ba–
tirse con el enemigo. Pero le fué necesario resignarse. Apéndice, nota F.
(10) «Campaña del ejército restaurador». El autor agrega que el tratado
«parece que contenía cláusulas sobrado-vergonzosas i humillantes para
Chile», lo cual indica que asertivamente no supo qué decían tales cláusulas.
Este incidente de la última hora no lo encontramos aclarado en ninguna
parte; pero está confirmado por el
Diario de Sutcli_ffe,
quien dice que el
17
«~bo
no sé qué entorpecimiento con respecto a los tratados, i creíamos
romper de nuevo las hostilidades; pero todo se allanó, i en la tarde fueron
firmadas por los respectivos Plenipotenciarios
i,
el pueblo de Arequipa los
celebró con repiques i vivas.»
Con referencia al artículo 3.
0
del tratado, en que se estipuló que los bu–
ques capturados por el
Aquiles
en la noche del
21
de Agosto de
1&36,
se
entregarían al Protector a los ocho dias de firmada la paz, dijo
El Mercurio
de Valparaiso en su editorial de
27
de febrero de 1838, que el jeneral Blan–
co, comprendiendo lo irregular de hacer tal entrega ántes de la ratificacion
del tratado por el Gobierno de Chile, resistió a última hora suscribir dicho
articulo. Pero se le prometió i aseguró de parte de Santa Cruz, que se
suspendería el cumplimiento de esta parte del tratado, i que Blanco podria
disponer de los referidos barcos para trasportar el ejército a Chile.
Es muí probable que fuese este incidente lo que en el último instante
perturbó la negociacion del tratado i puso al jefe del ej ército de Chile en
disposicion de romper las hostilidades, segun refieren Sutcliffe
i
el autor
de la «Campaña del ejército restaurador.»